Imperdible

«Estamos construidos en memoria, somos a la vez la infancia, la adolescencia, la vejez y la madurez.» Federico Fellini

Tres son las claves que lograron hacer una puesta imperdible en la escena teatral porteña: la actuación de Julio Chávez, la vida de Charlotte von Mahlsdorf y el texto de Doug Wright. En Argentina, se estrenó originalmente en el 2007 en la sala del Multiteatro y fue un éxito rotundo. Ahora, el mismo equipo la puso en escena nuevamente en la sala Pablo Picasso en el Paseo La Plaza. No hace falta decir nada más para que apagues la compu y salgas corriendo a comprar las entradas para ver esta joyita teatral.

La obra está atravesada en su totalidad por la problemática de la memoria. Es un trabajo sobre la reconstrucción de la misma a través del relato de Charlotte a quien Doug Wright conoce, incentivado por un amigo, en un viaje a Berlín Oriental. Ella fue un travesti, coleccionista de muebles y objetos de las últimas décadas del siglo XIX, que vivía en una casa convertida en museo y en su sótano preservó el único cabaret Weimar que quedaba en la Alemania del este. Sobrevivió al régimen Nazi, a un padre golpeador, a los comunistas y a la marginalidad. Según los documentos oficiales, sus años finales fueron controvertidos debido a las acusaciones de complicidad con los Stasi (policía secreta alemana), su relato en cambio, era otro.

Julio Chávez se desdobla en Charlotte y Doug Wright a través de un sutil gesto y un dejo melancólico en el habla. Su trabajo actoral es de esos que aplaudís de pie hasta que te pican las manos- y más. Agustín Alezzo fue uno de los grandes maestros de Chávez en su larga trayectoria actoral y ese vínculo se percibe en escena. Él ocupa el centro de la puesta con un simple batón y a su alrededor, unos pocos elementos que nos trasladan de un mundo a otro. 

La obra pone en escena las entrevistas hechas a ella por el autor y las contradicciones entre lo narrado y los documentos registrados. Él pregunta, ella responde larga y detalladamente. He aquí el quid de la cuestión: el mecanismo de la memoria. Ese vaivén entre recuerdo y olvido trabajado tanto desde la construcción colectiva cómo desde la historia personal atraviesa la obra.

¿Cómo reconstruir la guerra en el relato? ¿Cómo narrar lo traumático? ¿Cómo revivir tanto pasado? El presente en escena es incierto, disperso, absorbido por el pasado. Pareciera no existir, el presente existe tan solo como una ínfima excusa para evocar el recuerdo. Por eso Charlotte decidió crear su museo y narrar su historia,  por la necesidad de recordar para no olvidar.

Ficha técnico artística

AUTORIA: Doug Wright
MÚSICA ORIGINAL: Diego Vainer
DISEÑO ESCENOGRAFÍA: Jorge Ferrari
DISEÑO VESTUARIO: Cristina Villamayor – Alejandra Robotti
DISEÑO ILUMINACIÓN: Gaspar Potocnik
DISEÑO DE SONIDO: Diego Vainer
DIRECCION: Julio Chávez
UTILERIA: Florencia Muriel Gonzalez
REALIZACIÓN DE VESTUARIO: Ruth Drago
PELUCAS: Roberto Mohr
REALIZACIÓN DE ESCENOGRAFÍA: Liliana Diez
DISEÑO GRAFICO: Nico Rejlis
FOTOGRAFÍA: Nacho Lunadei
STAGE MANAGER: Ramón Gaona
PRENSA: Tommy Pashkus
ASISTENTE DE DIRECCIÓN: Ramón Gaona
PRODUCCIÓN: Estanislao Otero Valdez – Alan Gejtman
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Raúl S. Algán
PRODUCCIÓN GENERAL: RIMAS – HSVG

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