Matilthers, nuestro propio Barbenheimer

Las vacaciones de invierno terminaron y con ellas dos musicales vecinos, pero no sin antes permitirnos un momento para pensar en lo que pasó: Matilthers, nuestro propio Barbenheimer

Matilda y Heathers, se robaron el spotlight de la calle Corrientes durante el mes de julio. La primera en el Gran Rex, la segunda en el Ópera, una frente a la otra. Las dos con una pizca de comedia y oscuridad. Años de trabajo y formación concentrados en una cuadra del microcentro. Con récord de espectadores y mayoría de días de doble función, ambos musicales marcaron una salida obligada para los amantes del género. Pero la noticia más importante es que significaron también la introducción de nuevos talentos.

Por años, el musical argentino dependió de figuras televisivas o capocómicos/as para asegurar cortar ticket en un género no tan popular, sacrificando entonces la emergencia de personas más preparadas o talentosas que pudieran lucirse en baile, canto, danza. Matilda y Heathers se mantuvieron en el nicho y la rompieron. 

Empezando por Heathers, el elenco está compuesto por un 90% de debutantes alumnos de teatro musical, jóvenes talentos a los que les sobra hambre de público y que lograron montar un espectáculo-monstruo con tan solo dos meses de ensayo. No es menor el laburazo del equipo técnico, y de la dirección de Fer Dente con ayuda de sus propias “Heathers”, Vanesa García Millán como directora coreográfica y Eugenia Gil Rodríguez como directora vocal. Tres tanques del musical local que sí estuvieran del otro lado del escenario, cambiarían el sentido de la nota.

Un placer reconocer en las nuevas caras un futuro que entusiasma: mención especial a la brillante Julia Tozzi, con experiencia previa en roles menores, que se calza un protagónico como si hubiese nacido para esto, y para Rochi Caldés, con una voz y una dulzura arrolladoras. Chapeau

Heathers tuvo la banca de un público también joven, también estudiante, que probablemente demostró tener el mismo hambre en las audiciones en las que participaron alrededor de 6.000 personas. Un público que fue más por conocimiento del musical del off-broadway que por la peli original con Winona RyderSe sabían todas las canciones por nerdismo puro, y asistieron a las funciones lookeados con uniformes escolares de tartán. El amor por la obra, por el género y el boca en boca, tuvo como resultado seis funciones sold out y marcó un total de 20.000 espectadores en julio. Tranqui los chiquis.

Matilda complejiza un poco más el asunto, por cuestiones propias a la obra. Consolidó un elenco de adultos, con conocidos y sorpresas. Laurita Fernández y José María Listorti los viejos conocidos. La primera, si bien hoy súper consolidada en la tele, se acerca más a la descripción del elenco de la obra anterior en lo que respecta a su formación en las disciplinas. Listorti, con ganas de romper el molde, sorprende con un personaje que le permite jugar al malo más malo, cantar y despegarse de ciertos latiguillos que corresponden más a la persona que al personaje.  

Agustín “Rada” Aristarán y Fernanda Metilli completan el cast de adultos, y terminan de posicionarse como actores talentosos y completos del musical a los que habrá que volver. Plasmaron pura comicidad, disciplina, oficio. Rada probablemente signe con su Tronchatoro uno de los personajes más icónicos de su carrera. La ovación es total. 

Hasta acá, tenemos cuatro actores reconocibles en un elenco de 48 artistas en escena. El número abultado se debe a que, por cuestiones de contrato, armaron tres elencos de nueve niños (27 en total, que cantan, actúan, bailan) que rotan en cada función. En tiempo récord -400 horas de ensayo, 50 horas de entrenamiento intensivo a menores, 65 días ininterrumpidos de construcción escenográfica-, incorporaron canciones con letras complejas, coreografías exigidas, extensos guiones, y todo esto dividiéndose entre el colegio y el nuevo trabajo. 

Si bien aprovecharon las vacaciones de invierno para enganchar al predecible público “target”, muchos padres se habrán llevado la sorpresa del despliegue increíble y la historia superadora de Matilda, el musical original del West End inspirado en la novela de Roald Dahl, por sobre la película que es, igualmente, un hitazo. Y eso, sin dudas, fogoneó el boca en boca. ¿Los resultados? 80 Gran Rex a la venta y 140.000 entradas vendidas en ocho semanas en cartel.

Y como equipo ganador no se toca, ambas obras anunciaron nuevas funciones. Heathers se va de gira a Córdoba y Rosario, y vuelve por más funciones en agosto. Matilda, vuelve en el verano (¡hay que terminar el año escolar!). 

El fenómeno Matilthers marca la consolidación de estos últimos 20 años en los que el musical se empezó a dictar en escuelas de formación, e incluso como carrera universitaria. Los chicos que hoy debutan en el musical de calle Corrientes, tuvieron la posibilidad de estudiar las tres disciplinas en conjunto desde muy pequeños, cuando antes todo corría por separado. El futuro del musical argentino se ve prometedor.

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