En la ribera de la noche plutónica, un tipo nos encara y nos larga un rollo del carajo. Un lumpen, por más que en Cataluña le pongan otro nombre, que en un arrebato de sinceridad, locura y brillantez dice todo lo que tiene para decir. Con un texto impecable, este ser imprevisto, impensado, que nos pega el grito cuando nos lo cruzamos, pasa de pedirnos fuego a hacer un análisis, lamentablemente preciso y duramente real, de cómo funciona el mundo, el poder y la gente.

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Si pensamos en términos de forma y contenido, podemos decir que el contenido de esta obra es un texto escrito en 1977 que sigue siendo tan vigente como si estuviese recién salido de la cabeza de cualquiera de nosotros. En un párrafo ininterrumpido, en una verborragia violenta y visceral, este hombre nos cuenta su idea, nos muestra esa película que se está proyectando en su mente. Estas imágenes, conceptos y sensaciones que parecen ser parte de un torbellino de incoherencias que limitan con una esquizofrenia paranoide, están en realidad bordadas con una precisión quirúrgica en la que todo encastra al milímetro.

Y nada mejor para acompañar un buen contenido que una bella forma. La obra se despega de los espacios tradicionales del teatro y se arriesga a representarse en un callejón, en un estacionamiento, en la calle, en un cuarto diminuto, en la sala de espera del teatro en sí. Esta acertada decisión le permite sumergir al público en la experiencia. Por un momento realmente es como si un tipo te hubiese abordado en la calle y te empezara a contar sus mambos. Parte de esta inmersión viene de esta puesta que nos obliga a caminar con este tipo, a mirarlo a los ojos, a interactuar con él, a reaccionar a él. La otra parte, claro, es el cocktel de talento, carisma y cancha que tiene Oscar Muñoz, que se pone al hombro este unipersonal tan cuerpo a cuerpo con el público. Haciendo de cuenta que no sabe a dónde va, nos va llevando como flautista a las ratas, encandilándonos con la autenticidad con la que logra que todo se desarrolle tan naturalmente.

La Noche Antes de los Bosques es un clásico porque es imperecedero, y esta versión nos da todo para decir que el festival Temporada Alta va a tener alta temporada.

Ficha técnico artística

Dirección: Roberto Romei

Dramaturgia: Bernard Marie Koltés

Actuación: Oscar Muñoz

Vestuario: Roger Orra

Espacio escénico: Roger Orra

Visuales: Lydia Cazorla

Asistencia de dirección: Joan Albinyana

Producción ejecutiva: Joan Albinyana, Oscar Muñoz, Roberto Romei

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