Reseña
50'

No es que quiera romantizar al teatro y sé que caigo en todos los lugares comunes, pero no puedo dejar de flashear con el hecho de que una obra me lleve de viaje desde la ciudad al campo con apenas un poco de fardo y viruta, a través de una efectiva puesta en escena.

Es que me tomé el bondi, caminé por la calle hasta el espacio en el que me recibieron con buena onda y, protocolo mediante, nos invitaron a pasar a la sala galpón donde una niña nos esperaba en escena.

¿Suyay? No. La que nos cuenta la historia es Gringuita, la hija de los dueños del campo. Suyay es otra mujer, la hija de una señora que trabaja en la casa, una joven que está “monstruando” y por la cual nuestra protagonista siente algo muy especial.

Yo no duermo la siesta fue una obra de Paula Marull que vimos en el 2016estuvo varios años en cartel y contaba lo que pasaba en un pueblo del interior mientras dos niñas no querían dormir la siesta. El unipersonal Suyay sucede en el campo pero me hace acordar porque también se sitúa en ese rato que en la ciudad no frecuentamos: un par de horas por la tarde con menos movimiento, más intimidad, silencio y ruidos que provienen de la naturaleza. En ese contexto de introspección y apertura en el establo es donde Gringuita se confiesa: habla sobre las vacas, los perros, el calor, el lenguaje, lo que se puede, lo que no se puede y sus sentimientos hacia otra chica.

En Suyay, una vez más, la dramaturga y directora Pilar Ruiz lleva a escena historias atravesadas por temas de la agenda social. Así como En el fondo abordó la trata de personas, en Descansa el debate sobre el aborto y en De los héroes que no aterrizan en las islas de los cuentos la problemática de los jóvenes convocados para combatir en la funesta guerra de Malvinas, en su última obra que está ahora en cartel se abordan cuestiones de clase y el deseo de una niña.

Agustina Groba es tan carismática que no permite que te distraigas ni un segundo de su monólogo, compone a una Gringuita llena de inocencia, frescura, picardía y sinceridad; hay una investigación profunda y exhaustiva respecto de la corporalidad en la infancia y su precisión nos permite observar a una niña conversando con una yegua que no está y describiendo un mundo de cosas que no vemos pero que se nos  hacen visibles claramente: la casa, los padres, el campo y también a Suyay, a quien Gringuita espera.

¿Llegará el encuentro? Habrá que ir para saberlo.

Ficha técnico artística

Dramaturgia y dirección: Pilar Ruiz

Actuación: Agustina Groba

Música original: Luciana Morelli

Producción ejecutiva: Poética Resiliencia

Asistencia de dirección: Julia Odelli Craig

Fotografía y video: Francisco Castro Pizzo

Diseño gráfico: @serhumanodibuja 

Prensa: Marisol Cambre

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