Reseña
60''

Changura y Raba escapan de un peligro incierto. Changura y Raba se convierten en sapos, cantan y se dan un beso con las pestañas. Changura y Raba cargan dos bolsas enormes de tela en sus espaldas que contienen sus vidas enteras. Changura y Raba escuchan voces en el camino, huelen cáscaras de mandarina y temen que empiece la tormenta. ¿A dónde van? ¿De qué escapan? ¿Qué hacen ahí?

Las langostas es la ópera prima de Valentín Ambordt, seleccionada en la edición 2022 de la Incubadora de Primeras Obras de la Dirección General de Enseñanza Artística. La obra se presenta en el centro cultural Alquimia, un espacio chiquito y acogedor entre Palermo y Chacarita con olor a canela y licor de bienvenida. Las intérpretes son Cielo Díaz Rexach y Aline Antonia.

Changura y Raba son opuestas y complementarias. Raba usa un vestido, tiene el pelo prolijo, un sombrero con retazos de tela de colores, labios pintados de rojo y cejas pronunciadas. Changura es un personaje clownesco que se viste en blanco y negro, parece de otro tiempo y de otro mundo donde todo está patas para arriba; tiene la cara pintada de blanco y una voz profunda. Raba es más prudente, centrada y precavida; Changura es infantil, miedosa y negligente. No está claro si son amigas, primas, algo más, pero sí está claro que se necesitan, que no podrían sobrevivir solas.

Las langostas construye una atmósfera onírica y extrañada, al estilo de Alicia en el país de las maravillas, donde el mundo está al revés, hay un corrimiento continuo de las normas que rigen la realidad. Acá el mundo es cambiante, polisémico, abierto a lo fantástico, está plagado de preguntas sin respuestas. La obra es una exploración escénica que se ancla en la dimensión actoral para construir un pequeño universo poético fuera del tiempo y del espacio donde los peligros del mundo exterior solo se sugieren y el conflicto permanece velado. Solo sabemos que hay dos mujeres que huyen de algo, que se avecina una tormenta, que dejaron todas sus vidas atrás y que las metieron en bolsas gigantes. 

Lo más logrado de la obra es, sin dudas, la actuación. Las actrices encarnan a Raba y Chagura a través del teatro físico, el clown y el humor; son personajes excéntricos, torpes y tiernos que generan complicidad y empatía. Otro de los logros de la obra es la construcción de una atmósfera inquietante y enrarecida sin más escenografía que dos sillas, cáscaras de mandarina y el uso de la luz y el sonido. Con unos pocos recursos, la obra transporta a los espectadores a un mundo beckettiano donde los personajes están perdidos, no saben a dónde van ni de dónde vienen, casi todo ocurre porque sí. Desde que empieza la obra hasta que termina, una se queda con los ojos hipnotizados frente a las actrices, frente a ese no sé qué innombrable en el aire, una sensación de peligro latente. A donde sea que estén yendo, vamos con ellas.

Ficha técnico artística

Dramaturgia y dirección: Valentin Ambordt

Intérpretes: Aline Antonia, Cielo Díaz Rexach

Iluminación: Ulises Rolón

Asistencia de dirección: Camila Molfino, Abril Splendiani

Diseño sonoro: Soy Tu Rita

Ilustraciones: Bianca Montelpare

Fotografía y video: Julieta Gomez

Gráfica: Mukta Estudio

Producción: Georgina Giagnacovo

 

 

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