Llego al teatro preguntándome qué será una “pieza esquizo-industrial”, impaciente espero el showtime en la colorida entrada del Teatro del AbastoHernanito fue estrenada por primera vez en el año 2010. Escrita y dirigida por el recordado Alejandro Acobino (1969-2011)

Escenográficamente, sumando la iluminación un tanto sombría, lúgubre, me remonta a esos talleres de barrio con olores metálicos, a óxido, a aceites derramados por los pisos de cerecita. En el espacio vemos algunas maquinarias, herramientas, una pequeña oficina y una especie de vestuario en el fondo de la escena.

 

Aparecen los personajes: por un lado, Juan Jorge (Rodolfo Demarco). Un pequeño empresario tratando de sacar adelante una minipyme del ramo industrial. A lo largo de la pieza podemos intuir que Juan Jorge no es un industrial auténtico, basándonos en si uno es lo que hace cuando no siente una necesidad innata de realizar esa actividad específica. Quiero decir, en términos claros, que este personaje muestra ciertos signos de ser un artista frustrado y no un empresario en esencia. Probablemente toda la situación que se desarrolla a lo largo de la obra deriva de un pasado que no es pasado, que vive en el inconsciente de Juan Jorge con ansias de hacerse ver y escuchar mediante un muñeco… sí, antes era ventrílocuo.

Por otra parte tenemos a Salinas (Fernando Gonet), un obrero evangelista perteneciente, sin duda, a un escalafón social más bajo que su jefe. Se puede observar esta diferencia social entre los personajes sobre todo comprendiendo los valores de cada uno, viendo las metas que tienen en sus vidas, o por lo menos las que se hacen visibles durante la función. Notamos que para el pequeño empresario, su pasado está muy lejos de la ecuación esfuerzo=gratitud, ya que su padre era un bohemio que según parece, se la pasaba de farra. Salinas, al contrario, tuvo un padre que le ha enseñado todo sobre el mundo industrial, y  le inculcó un concepto del trabajo arduo para poder llegar a fin de mes. Tanto en Juan Jorge como en Salinas vemos las marcas de la herencia.

Cuando estos dos personajes, en parte antagónicos,  se sumergen en un vínculo jefe – empleado, las diferencias comienzan a surgir…  como en todas las relaciones, con el tiempo. Vemos también como  un tercer personaje, el muñeco de ventriloquia de Juan Jorge  que duerme entre las sombras de una caja fuerte, empieza a interrumpir sus pensamientos y le trae al presente recuerdos de un pasado oscuro y triste; vive… en su imaginario.

“Mi interés sobre el tema de la locura es antes como persona que como dramaturgo. He visto alrededor mío a mucha gente destruirse o llevar a la catástrofe muchas cosas por una especie de empecinamiento u obsesión mental muy difícil de comprender.”

Alejandro Acobino 

Una pieza super recomendable que nos deleita con su humor al punto de descostillarse a carcajadas, sin perder el límite que nos afronta a la inminente realidad y complejidad de la cabeza del Ser humano. Desde la fantástica dramaturgia, pasando por la dirección, las grandes actuaciones y un equipo técnico que armoniza, nace Hernanito.

Ficha técnico artística

Dramaturgia y dirección: Alejandro Acobino

Actuación: Rodolfo Demarco y Fernando Gonet

Director asistente: Ezequiel Delfino

Escenografía y vestuario: Rodrigo González Garillo, Amelio Cardozo Gil

Diseño de iluminación: Marco Álvarez

Diseño gráfico: Mariana Rovito

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Este espectáculo formó parte del evento: IX Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA)

TEATRO DEL ABASTO

Humahuaca 3549

Teléfono 4865-0014

[email protected]

teatrodelabasto.com

Duración 90 minutos

Acceso para Farsos

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