Llegar al Teatro Beckett y escuchar desde la antesala “Girls just wanna have fun” sonando al palo, genera alegría, clima de fiesta y diversión. En la sala, la joda ya arrancó y lo vemos a través de los movimientos a contraluz de una tela blanca que hace de pared de esta habitación de hotel; en Cancún, obvio. Los personajes llegan en pleno jolgorio haciendo trencito, vestidos de blanco, en pedo, con pulserita all inclusive y restos de cotillón. Son dos matrimonios de amigos de hace más de 20 años, que entre tequila y tequila van recordando cómo empezó todo. Lola se va de boca y confiesa que “fue todo de carambola”, que por unas llaves que escondió hace más de dos décadas en una fiesta donde estaban los cuatro, las parejas se formaron de una manera y no de otra. Laura y su marido comparten una anécdota swinger, joden con el tema, pero no se animan a intercambiar parejas… Fin de fiesta, Lola se queda dormida en el sillón, para despertarse a la mañana siguiente y vivir todo aquello que podría haber sido.

Con mucho humor, un ritmo picadito y sostenido y actuaciones muy logradas, Cancún nos mete en ese mundo al que todos alguna vez fantaseamos con ir: cómo sería todo hoy, si hubiésemos hecho algo distinto ayer; “¿te gustaría volver al pasado y arreglar el presente?” La adaptación de Paulo Ricci sobre el texto de Jordi Galcerán (autor de El Método Grönholm) es muy atinada, ayudando a un diálogo coloquial, lleno de gags. Rubén Segal se encarga de que cada detalle de la puesta sume a una totalidad coherente, hasta en el saludo final. Cabe destacar la acertadísima inclusión de un músico que acompaña toda la obra con percusión, guitarra y algún que otro instrumento raro, generando momentos freezados que despiertan carcajadas en más de un espectador.

Con todo esto, se logra plantear muy livianamente el tema existencial del ser y cómo las decisiones más insignificantes pueden rumbear nuestro destino, generar vidas paralelas y amores desencontrados. Si es cierto que “vivimos dos tiempos simultáneos pero diferentes”, ¿en cuál de ellos está la verdadera felicidad? Casi sin darnos cuenta, salimos reflexionando acerca de esta distancia que se genera entre lo que tenemos y lo que deseamos. Definitivamente el plan ideal para pasar una noche bien arriba, pero con ese toque filosófico que nos queda rebotando y nos invita a cuestionar nuestra propia realidad.

Ficha técnico artística

Dirección: Ruben Segal

Autoría: Jordi Galcerán

Adaptación: Paulo Ricci

Actuación: Mercedes Diemand-hartz, Esteban Fiocca, Matías Galimberti, Florencia Pineda

Músicos: Javo Canolik, Maia Segal

Asistencia de dirección: Magdalena Martinez

Diseño de escenografía: Lucia Escudero, Manuel Escudero

Realización de escenografia: Lucia Escudero, Manuel Escudero

Diseño de luces: Verónica Alcoba, Fernando Chacoma

Fotografía: Marcelo Solis

Prensa: Ezequiel Hara Duck

BECKETT TEATRO

Guardia Vieja 3556

Teléfono 4867- 5185

http://teatrobeckett.com/

Sábado 20:00 hs.

Entrada $ 60,00

Acceso para Farsos

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