En el mundo pueblerino, la siesta significa el horario sin reglas. Por eso es que el tiempo se vuelve territorio y se convierte en la variable que determina las posibilidades de juego. Y una vez que se prende la mecha no va a parar hasta explotar con papelitos de colores y pelos al viento.
Pero primero la casa se tiñe de una cotidianidad que es dócil y aterradora. Como todos los días se intentan tapar las dificultades que en realidad traspasan a este nido de relaciones disfuncionales. Por un lado Dorita, que se debate entre ser ama de la casa o de sí misma, y como contrapunto las chicas, Natalí y Rita, que hacen uso de su ser infantil para hacer correr el tiempo, aún siendo ellas las más conscientes de los problemas adultos. El power trío actoral (María Marull y sus escoltas Agustina Cabo y Micaela Vilanova*) nos demuestran que los vínculos entre las personas trascienden las edades, y que la voluntad propia es más fuerte y prometedora que hacerle caso a las conductas que se creen convenientes. Las chicas se morfan las escenas con sus despliegues bizarros de travesuras y Dori se las morfa de amor y de odio a ellas.
La afirmación “yo no duermo la siesta” se vuelve real para todos los personajes, porque cada uno está elucubrando cómo acabar con la situación que lo ahoga. Al fin, antes de que se haga otra vez de noche y sea otro día sin salir, el techo se llena de grietas, y se mezclan los agentes externos e internos en un nuevo giro dramático.
Ondulando en lo tragicómico, que como espectadores argentos sabemos que pica en nuestras sensibilidades, y con una clara inspiración de realismo, comprobamos que el culebrón ha calado hondo en nuestra cultura. También podremos reconocer que todo drama sucumbe en coreografía, y es posible que eso pertenezca a la época que vivimos, o a la sensación de que ya nos las conocemos todas. La ilusión de fiesta siempre nos despierta, aún, sin haber dormido la siesta.
*El personaje de Rita es interpretado por Luciana Grasso desde fines del 2017.
Ficha técnico artística
Dirección: Paula Marull
Dramaturgia: Paula Marull
Actuación: Mauro Álvarez, Agustina Cabo/Laura Grandinetti, Sandra Grandinetti, María Marull, Marcelo Pozzi, Luciana Grasso
Vestuario: Jam Monti
Escenografía: Jose Escobar, Alicia Leloutre
Iluminación: Matías Sendón
Sonido: Micaela Vilanova
Diseño gráfico: Natalia Milazzo
Asistencia general: Lara Todeschini, Javier Torres Dowdall
Prensa: Carolina Alfonso
Supervisión dramatúrgica: Javier Daulte
Coreografía: Silvia Gomez Giusto