Decir que Pieza plástica es la historia de una familia sería un poco injusto. La obra habla de una forma de relacionarnos en sociedad.

Un living y una serie de puertas en escala nos presentan a los distintos integrantes de este hogar. Ulrike, Miguel y Vincent son madre, padre e hijo que compondrán una sinfonía disonante sobre lo que es pertenecer a un lugar donde los cables de comunicación están cortados. A través de una actuación llevada a sus extremos, vemos la violencia que subyace en la base matriz de la sociedad capitalista: la familia. Lo que dicen no combina con lo que expresan sus cuerpos que están en un nivel de tensión constante, casi como robots desquiciados programados con la tarea de hacer familia.  La llegada de la nueva chica que auxilia en los quehaceres domésticos, con una regia actuación de Shumi Gauto -acento colombiano mediante-, hará estallar esta dinámica que ya estaba a los tumbos. Mientras, Serge, el jefe de la madre, artista consagrado que está en la eterna búsqueda de lo nuevo, lo joven, lo verdadero (todo muy snob), poco a poco irá convirtiendo a la familia en parte de su nueva instalación.

La obra está escrita por Marius von Mayenburg, joven dramaturgo alemán pero con ya varias obras estrenadas, y fue elegida para participar de la segunda edición del Festival Internacional de Dramaturgia Europa + América.

Bien cabe mencionar aquí al teatro alemán. Sincerémonos, ¿alguna vez te preguntaste por qué los personajes en las obras contemporáneas le hablan a público? ¿Por qué se entrecortan y narran lo que está sucediendo en escena? Si pensaste que las obras lo hacen solo para ser cool y raros (como esos cuadros que se exhiben en museos y tienen solo un punto negro), bueno no, hay otras cosas por detrás. La obra es muy representativa del lenguaje posmoderno sobre el que viene experimentando el teatro alemán hace ya varios años.

Cuando decimos posmoderno suena muy canchero (sobre todo cuando se habla de ser posmo) pero la posmodernidad son muchas cosas. Para hacerla fácil, la posmodernidad habla de la multiplicidad de voces y discursos, de que las cosas no son lineales sino un menunje de imágenes y voces que se muestran. No hay una sola verdad para la posmodernidad sino que son muchas y están superpuestas. Los dramaturgos y directores alemanes han retomado textos clásicos y los han mirado con la lupa posmoderna, o como pieza plástica han utilizado la estética para generar nuevos textos. Como todo lo “posmo” es difícil definirlo en una sola forma o un solo procedimiento pero bien podemos oler cuando se nos presenta un espécimen de esta índole.

El teatro alemán siempre ha estado a la vanguardia de las estéticas teatrales europeas, por muchas razones tanto históricas como económicas. El apoyo estatal que tienen los circuitos de teatro en el país, teniendo como epicentro Berlín, facilitan mucho la proliferación y experimentación de lenguajes. Salas como Volksbühne, la Schaubühne, el Berliner Ensemble, el Deutsche Theater y el Gorki cuentan con un soporte tal para financiar a sus propios elencos y puestas, sin productores que necesiten venderlas a un mercado. La gestión cultural alemana, con todos sus errores y aciertos, es un ejemplo de pensar al teatro como parte integral de una sociedad y una voz importante para la construcción de una identidad cultural nacional.

Retomando Pieza plástica, la escenografía, lo extremo de las actuaciones, el registro fílmico de Vincent de toda la situación y hasta cómo se habla del arte a través del personaje de Serge, todo grita posmoderno. La puesta de Luciano Cáceres se subió a ese tren que le propuso el texto y lo enfatizó con mucha potencia. Todo esto cae como anillo al dedo al Festival Internacional de Dramaturgia Europa + América que reúne directores nacionales que ponen en escena textos de autoría europea atravesándolo con un lenguaje propio. También demuestra que aunque admiremos las posibilidades que tiene Alemania, aquí en Argentina el teatro independiente tiene todo el talento disponible y más aún, mucha garra para enfrentar las adversidades de su proceso de realización.

Ficha técnico artística

Dirección: Luciano Cáceres

Autoría: Marius von Mayenburg

Traducción: Pola Iriarte

Actúación: Joaquin Berthold, Julián Calviño, Brenda Gandini, Shumi Gauto, Santiago Magariños

Diseño de vestuario: Julieta Harca, Ana Leiva

Diseño de escenografía: Agustin Garbellotto

Diseño de luces: Gonzalo Córdova

Asistencia de escenario: Matias Teres

Asistencia de dirección: Verónica Nicolai

Producción ejecutiva: Maria Velez

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