
Al final del arcoiris
Empecemos por acordar, entonces, que la objetividad no existe. (Más que como consenso de subjetividades, agrega algún literato). Y aclaremos, para que no haya malos entendidos, que esta emisión hará gala de un derroche de subjetividad impresionista cuasi-fanática, por parte de vuestra servidora. KARINA K LA ROMPE. Y eso es objetivo. Recomendamos entonces apertrechar su […]
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