Luego de interpretar a aquellas entrañables amigas en La Pilarcita para después escribir y dirigir juntas Paraguay, Lucía Maciel y Paula Grinszpan suben juntas al escenario en una obra de su autoría y dirección (junto a Lucía Panno) en la que nos atrapan, nos hacen reír y cantar con ellas.

Cuando salimos de ver Las Reinas nos quedamos charlando sobre la potencia de la forma en relación a cómo se cuenta lo que se cuenta. Más allá de la historia, la sociedad Grinszpan-Maciel tiene una identidad cuyas características principales son el humor y la música original.

Las mellizas Diana y Daiana gobiernan juntas el Kingdom (así lo llaman, lo repiten todo el tiempo y cada vez causa más gracia) porque no saben cuál nació primero ya que sus padres murieron en un naufragio. Cualquier similitud con Frozen no es pura coincidencia: las creadoras tienen hijas pequeñas y el espíritu “libre soy” ya estaba presente en su obra anterior, en la que dos chicas soñaban con viajar a los Estados Unidos de Norteamérica porque, por lo que habían visto en películas, allí los hombres trataban bien a las mujeres.

El tema es que las melli tienen unos vestidos divinos (con las mismas telas pero invertidas que hacen juego con la escenografía) pero gobernando son un desastre y se mandan una grande por falta de un ticket que tienen que rendir, en un contexto en el que un nuevo sistema está naciendo: el monetariado.

Paula y Lucía son actrices del carajo. La rompen en escena con una historia que, con estilo naif, hace crítica social y política. Ellas son carismáticas, graciosas y magnéticas: parecen sacadas de un cuento, pero a la vez tienen los pies bien sobre la tierra y eso cautiva. Se lucen en sus juegos de palabras, en las canciones que componen (buenas y pegadizas) y en su afinación como intérpretes acompañadas por la guitarra en vivo de Miguel Canevari.

Quizás no las viste en teatro pero las tenés de series como Cualca o Tiempo Libre. Como sea, date la oportunidad de conocer sus obras donde las virtudes de ambas se potencian y amalgaman para que pasemos un buen rato.