Fuera de cualquier circuito teatrero y a la gorra, la obra propone una historia de sueño americano a través de números musicales, acentos latinoamericanos y carcajadas generadas por un actor que atrapa todas las miradas: Mariano Saborido.

Natalia y Yanina, jóvenes de Paraguay, quieren cambiar su destino migrando a los Estados Unidos de Norteamérica. Es que allí parece que las mujeres corren en tacos y no se caen, además de que en el país de la libertad (y es donde se introduce la perspectiva de género) los hombres las tratan bien. Así se embarcan en una aventura y mágicamente a través de la bandera llegan a la tierra de Barack Obama y Donald Trump donde, alerta spoiler, veremos si todo será como esperaban.

Dos chicas protagonizan la historia y dos mujeres la dirigen. Ellas son Paula Grinzspan y Lucía Maciel, que se hicieron amigas interpretando amigas en La Pilarcita. Quedaron embarazadas el mismo mes y tuvieron que dejar la obra de María Marull. Pero eso no las separó, sino por el contrario, las unió en una nueva etapa de su carrera: la de dirección y dramaturgia.

Las llamaron del Cultural Morán, un espacio en el barrio de Agronomía, y pensaron en hacer algo de quince minutos teniendo en cuenta una primera experiencia breve presentando La mamá de Brian en Microteatro. El disparador para la creación fueron los acentos: Saborido estaba copado con el tucumano por Mercedes Sosa, mientras que Sasha Falcke y Manuela Martínez ensayaban el paraguayo. La obra se trabajó a partir de la improvisación, la grabación de las prácticas y la escritura. Eso se percibe cuando uno ve la puesta: la creación de Paraguay es un trabajo colectivo.

Nos encontramos con un musical inspirado en las películas yankis con guitarra en vivo de Román Martino. Pero, por el contrario del común en el teatro musical, en esta puesta la escenografía es mínima, por lo que ese viaje lisérgico desde Sudamérica hasta Nueva York es creado por cuatro actores que están muy en una. Cabe destacar la actuación de Saborido, que lleva la historia con el personaje de Liliana, una mujer más grande que migró hace muchos años desde su Tucumán querido para enviarle unos dólares a su familia.

Saborido es un actor joven con un recorrido en el teatro independiente que cobró popularidad en 2019 por su personaje de Paco en la novela televisiva Argentina, tierra de amor y venganza y tiene un magnetismo particular por el nivel de detalle en la composición de su personaje, sumado al canto y un talento que el espectador siempre agradece: el hacer reír.

Paraguay es una obra corta que a través de canciones pegadizas y buenas actuaciones habla del peso de la burocracia, de la migración y cuestiona que la felicidad esté afuera. Después de verla, a pesar de la crisis, tenés menos ganas de buscar el futuro en el exterior y más de quedarte con los tuyos tomando mate con yuyos.