Dúo cómico sale al escenario con uniforme cómico. Casaca celeste, pantalón corto/largo –tache según corresponda- y los fantásticos pelos en corte taza, que despiertan fanatismo instantáneo y traen un tibio recuerdo de los looks más explosivos de la primaria. En efecto, lo que sucede es una descolocación temporal que los transporta hacia un limbo donde las sensaciones más “primarias” están a flor de piel. Así, son capaces de dudar de todo, y por el estado en que están, se viene negra.

Por más de que en los hechos el espectáculo arranca, en sus mentes todavía están evaluando si hacerlo o no. De cualquier forma tendrán que tomar el riesgo, porque si lo hacen puede irse todo al diablo, pero si no lo hicieran, su decisión también afectaría el curso del cosmos, generando una reacción en cadena que podría ser aún peor y… el asunto es claramente Inestable.  

Vas sábado a la noche y salís radiante. El guión, hecho con las propias manos de este dúo (a bien decir, llamados Los Sutottos), y con tutoría de Andrea Garrote en el marco de la Bienal Arte Joven 2015, está poseído por la frescura y la gracia de un humor fino, que cuenta con ternura e inteligencia los vericuetos de dos mentes y dos corazones en estado puro. Los pibes se van de viaje y te llevan por caminos laberínticos que no tienen salida. Portadores del enrosque desesperante de la paranoia y la ansiedad, encuentran mucho más que la oscuridad como contestación a la incertidumbre.

Si en un principio o un final, son dos nenitos jugando y peleando por quien tiene el juguete más divertido, luego o antes, ya son adultos, que declaran la guerra y ponen a prueba sus ideales, en pos de sobrevivir, ahuyentar y profundizar los miedos. También tienen canciones.

A fin de cuentas, la obsesión es el motor de mayor potencia que existe en el mercado, y el dúo lo hace de propia manufactura, trabajo con sudor y sangre, con sinceridad y radioactividad.