Si te preguntaran por qué razón elegiste dedicarte al arte, ¿qué dirías? ¿Por qué estudiaste o te formaste en teatro, literatura, cine? Se sabe, estos no son caminos previsibles ni rentables. Se sabe, no son los caminos elegidos por las madres a la hora de diagramar un futuro para sus hijos. La respuesta del amor, en estos días, no alcanza. Evidentemente hay un entramado más complejo que sostiene ese deseo inicial hasta hacerlo un trayecto con contenido y llenarlo de sentidos particulares. En una ciudad que levanta la bandera de la cultura pero no promueve ni reconoce a sus artistas como trabajadores, o bien, en un país cuyos gobernantes en función de ser los salvadores de la economía argentina menosprecian a sus productores y realizadores recortando los recursos destinados a tal fin, cerrando instituciones o disminuyendo presupuestos para la formación universitaria, cabe preguntarse: ¿por qué seguimos eligiendo el teatro como forma de vida?
Facundo Leivo Mejías traza algunas respuestas en Esencial, la obra que escribió, dirigió y sostiene interpretando a varios personajes solo en el escenario. La palabra del título se activa en la memoria cuando pensamos en los trabajadores esenciales que podían circular en tiempos de restricciones sanitarias. Los de la salud, las fuerzas armadas, el transporte. Ahora, si alguno de ellos falta un día al trabajo, la maquinaria que sostiene el cotidiano se cae. El mundo que conocemos entra en cortocircuito y deja de andar, porque lo esencial ya no lo sostiene.
Ahora bien, ¿qué pasa con la superestructura artística que sostiene la producción cultural? ¿Qué pasa si un día deja de andar? El plusvalor se enmaraña cuando se trata de un bien intangible como la felicidad y el disfrute de las gentes. Facundo Leivo Mejías, junto a sus personajes llevados a escena, es un trabajador esencial. Porque hay algo, difícil de formular, que nos demuestra. Y es que ser gracioso, es decir, trabajar con el humor a pesar de todo lo del mundo y de todo lo de uno, es de una apuesta extraordinaria. Tengo la sensación de que está extendida la idea de que las personas son graciosas de por sí, como si hubiesen nacido con un don. Después de ver esta obra, se confirma que el humor es algo que, además de tener, se trabaja. El humor es un camino posible para contar una vida. Un camino que, por la prepotencia de la propia historia, se asume y también se elige. Es, también, una construcción kamikaze que apunta hacia reírse de uno con otros y, si el público está a la altura, a reírse también de otros con otros. El logro acá es fagocitar esa causa y hablar, a través de la performance, del problema de la esencialidad en una coyuntura que asume el arte como parte del funcionamiento de todas las cosas pero no reconoce el lugar fundamental que tiene. El logro de Facundo Leivo Mejías es, en definitiva, ser gracioso y profundo a la vez.
El recorrido de Esencial empieza por una pregunta por la identidad y sigue con una invitación al viaje. En cada parada, aparecen referencias e historias de personajes que tuvieron su propio viaje de ascenso, crisis y vuelta a empezar. Distintas experiencias que nutren a un mismo sentimiento. Tal vez, el apego al escenario para explorar la existencia, tal vez distintos ensayos para la farsa, las posibilidades que da el teatro para que uno sea uno, siendo otros.
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Facundo Livio Mejías
Actúan: Facundo Livio Mejías
Voz en Off: Manuel Lugea
Vestuario: Bárbara Zago
Elaboración De Pistas: Zepe Q
Audiovisuales: Lucio Margiotta
Asistencia: Alex Gonzalez, Eugenio Tourn
Producción: Juan Isola
Colaboración artística: Juan Isola
Dirección: Facundo Livio Mejías