Después de días intensísimos de calor pampeano que seca la piel, una tormenta que arrancó árboles y obras de muchas provincias, la Fiesta Nacional del Teatro Nº 35 llegó a su fin. En total, participaron 28.500 espectadores, se realizaron 140 funciones de 32 obras en 7 localidades. Hubo de todo: teatro de objetos, marionetas, biodramas, monólogos, musicales, obras en cárceles y espacios no convencionales, danza y obras basadas en tragedias griegas.
Además de ver teatro, fuimos a la charla de Mauricio Kartun donde habló sobre cómo hace para dirigir y producir al mismo tiempo y sobre cómo los detalles más importantes surgen de la improvisación, enfatizando que “hay que confiar en los actores”. Contó que dejó de escribir didascalias cuando empezó a dirigir sus obras, porque cree que estas también son una falta de confianza en les directores. Otro día escuchamos a Pompeyo Audivert, que dio una clase magistral acerca de su propio método actoral y sobre cómo su poética intenta dar “un piedrazo en el espejo”, al generar extrañamiento en les espectadores.
Como dijo Kartun en su charla, es probable que el espíritu de la Fiesta Nacional esté por fuera de las salas de teatro: en el comedor que reunía en los almuerzos y cenas a más de 400 artistas y periodistas de todo el país, en la combi que nos llevaba de una obra a la otra sin descanso, en las charlas durante los tiempos muertos —como en la hora de la siesta, que los santarroseños se toman muy muy en serio— y los encuentros espontáneos con personas que jamás hubiésemos conocido si no fuera por la Fiesta.
En esta segunda etapa, se presentó Dj Beya, obra ganadora de CABA, Habitación Macbeth, que ya habíamos visto en Capital pero fuimos de nuevo porque bueno, Pompeyo, Terrenal, que también se transmitió por streaming, y Turba, escrita por nuestra cronista en las Europas, Laura Sbdar. Para que no se queden con ganas, les contamos un poquito sobre todas las obras que vimos.
Telémaco Subeuropa | MENDOZA
Al igual que Ulises, el papá de Teo se fue lejos pero nadie sabe a dónde. Teo emprende una búsqueda para averiguar qué le pasó, mientras lidia con su familia disfuncional. Con giros macabros y un supuesto asesinato, esta obra es un viaje oscuro al interior de la mente del protagonista.
Un Hueco | MENDOZA
Basada en una pieza escrita por Juan Pablo Gómez, la obra trata sobre tres amigos de la infancia se reencuentran en el velatorio de su otro mejor amigo, en un club de barrio de pueblo. Se quedan charlando en el vestuario y los recuerdos emergen, al igual que las tensiones entre el que se fue a Buenos Aires y los que se quedaron.
Fuga | SALTA
Dos títeres se enfrentan en una batalla entre la vida y la muerte, pero con ligereza y humor. Es una adaptación libre, bellísima y sutil de la obra del mismo nombre de Guaira Castilla. Hay un bandoneonista en vivo y una iluminación que nos transporta a otro planeta.
Delirio | RÍO NEGRO
Cuatro chicas bailan y sus cuerpos son poseídos por la violencia, el amor y el deseo. De a poco, emerge la poesía, la complicidad entre mujeres y los sentimientos extremos, en un clima onírico.
Una tonelada de caracoles | RÍO NEGRO
La protagonista es una mujer encerrada en un manicomio que está deshecha; tiene el cuerpo ensangrentado y dolorido. La obra está basada en cartas escritas por Artaud durante su internación en un hospital psiquiátrico. La mujer asume distintas identidades; la realidad y sus fantasías se vuelven indistinguibles.
Bardo Cabaret | SAN JUAN
Una reversión del mito de Orfeo y Eurídice en formato de musical punk con onda a Rocky Horror Picture Show. Nos voló la cabeza. Todos los actores están en el inframundo, hay un triángulo amoroso y números musicales alucinantes.
Estamos grabando | TUCUMÁN
Una obra de teatro documental donde una hija indaga en el pasado, a través de fotos y grabaciones de voz de su infancia, para volver a hablar con su papá. Es una carta de amor elegíaca, una oda a la ciudad de origen y una búsqueda infinita.
Yo soy como la perdiz | CHUBUT
Nené, una señora de rulos grises y postura elegante nos cuenta su adolescencia en un colegio de monjas en Buenos Aires, sentada en una mesa con dos personas del público elegidas por ella. Se trata de un relato autobiográfico emocionante y tierno sobre crecer que por momentos se siente como una charla íntima.
Medea va | ENTRE RÍOS
Es una versión del mito de Eurípides en el que Medea intenta escribir su propia historia mediante la danza, el teatro físico y recursos visuales poéticos (como una lluvia de hojas de papel que los actores atraviesan). Medea niega haber matado a sus hijos y dice que no va a permitir que el autor griego manche su nombre.
El fabuloso mundo de la Tía Betty | SANTA FE
El grupo teatral rosarino El rayo misterioso creó una obra alucinante compuesta por escenas intensísimas y fragmentarias donde se exhibe la sujeción de los cuerpos, el autoritarismo y la violencia en una sociedad postapocalíptica. La composición de cada cuadro escénico está híper cuidada, al punto en que parece una pintura. La música, la iluminación y las actuaciones: afiladísimas. Nos quedamos sin palabras.
Cuando terminó la Fiesta, en el viaje de micro de vuelta nos cruzamos con un elenco de Tierra del Fuego y charlamos sobre nuestras experiencias durante esta semana repleta de personas nuevas y teatro federal. Lo que la Fiesta Nacional nos dejó, además de experiencias inolvidables, fueron preguntas. Preguntas sobre cuál es el papel del periodismo teatral, qué es lo específico del teatro argentino y qué es lo específico del teatro —una respuesta posible quizás sea su capacidad para usar y transformar distintos lenguajes artísticos—, y, sobre todo, preguntas acerca de qué otras políticas, instituciones y herramientas se podrían implementar para promover el teatro de todas las provincias y más festivales como este. Cómo hacer para que este tipo de encuentros no constituyan una excepción sino una práctica constante, y para que CABA no sea el único polo teatral del país. Por ahí es una utopía, pero también puede tratarse de un proyecto a futuro.
La Fiesta Nacional es un gran punto de partida porque promueve el encuentro con lo otro, con manifestaciones artísticas diversas y personas totalmente diferentes. Y el encuentro con lo distinto siempre es enriquecedor y emocionante. Ahora, ¿qué más se puede hacer? Y desde Farsa, desde nuestro lugar como medio que recomienda teatro independiente, principalmente de CABA (porque es donde casi todas vivimos), ¿cómo podemos ayudar a impulsar este cambio?