Imperdible
60'

Advertencia: cualquier similitud con la realidad es pura correspondencia.

Una bailarina no para de bailar al ritmo de los beats en el escenario. Va a estar así por una hora entera. Hasta acá, lo que sabemos, es que vinimos a ver una obra de danza. Una hora de danza.

Pero vamos a ver de nuevo la escena: una artista –que es bailarina, es docente, es coreógrafa- no para de moverse, de hacer cosas todo el tiempo, motorizada por saberse parte de un programa estético y político. Ella está haciendo una obra, tiene que llegar al final. Se mueve como soldadito de la cultura, como obrera del arte. Del otro lado del escenario, no hay certezas. ¿Vendrá la gente a ver la obra? ¿se podrá seguir haciendo? ¿rendirá, alguna vez, el dinero invertido? Y más aún: ¿recibiremos algo por hacer esto? ¿nos tenemos que conformar con que estamos-haciendo-teatro?

Al toque lo dice: estoy precarizada. O mejor dicho, soy una precarizada más del mundo de la cultura. De repente, las Farsas que vinimos a ver la obra nos sentimos interpeladas. Es más, nos sentimos parte de lo que dice, no solo la entendemos, sino que estamos en la misma. Es lo que hablamos siempre.

Esta obra no es solo una obra de danza. Tampoco es una denuncia. Es una representación, una puesta en abismo, del trabajo comprometido, apasionado y, paradójicamente, precarizado de todos y todas las que nos dedicamos al teatro. Ya sea como dramaturgas, intérpretes, coreógrafos, directoras, productores e incluso, como representantes de medios digitales de cultura. Josefina Gorostiza baila en el escenario y a medida que su discurso se va llenando de contenido con la voz de Nicolás Goldschmidt, sus movimientos lentamente van armando una imagen tortuosa. Lo que vemos es un relato en el cuerpo y en el discurso, un ponerse a disposición del arte, a toda costa, a la vez que se pregunta para qué. Las Farsas entendimos de toque: lo que vemos es ese esfuerzo permanente sin descanso y no redituable. Exactamente lo que sentimos cada vez que intentamos cubrir las veinte millones de obras que hay por mes en Buenos Aires, labor donde buscamos, incansablemente, que la gente vaya al teatro. Nuestro sueño es que las salas estén llenas. Que sepas qué ir a ver y que no te comas el garrón. Que lo disfrutes al lado nuestro. Que se te vuelen las chapas al ver esas obras que te cambian la vida, que te cambian tu percepción del mundo. Como nos cambió Precarizada. ¿Viste cuando alguien le pone palabras a algo que venís rumeando, fantaseando? Bueno, así nos pasó. Por eso, Pepa -así le dicen a Josefina- gracias.

Y de esto queríamos hablar. Llegó la hora de tener la charlita molesta. La precarización de la que habla esta obra, toca incluso a un medio de comunicación. En Farsa sabemos que no somos un medio de opinión, que recomendamos teatro y que, como ya dije, queremos que la gente vaya al teatro. El tema, señoras y señores, es que esa decisión también es política. Para que se cumpla nuestro sueño (que se exploten esas propuestas de calidad que abundan en la noche porteña y que son motivo de admiración en todo el mundo), hay que cambiar las políticas culturales en Argentina. Que vengan los Ministros de Cultura, los directores de Instituciones públicas: empiecen a tener al público en cuenta para que más salas estén llenas y que todos podamos vivir de esto. Que se piensen mejor los subsidios, que haya un plan de contingencia para que todos esos proyectos que se encaran con esos subsidios puedan ser vistos por la gente. Es decir, amamos la oferta, amamos que haya teatro para todos los gustos, pero odiamos que ese esfuerzo de los y las trabajadoras del teatro, no sea reconocido en términos de materialidad.

Hay un gran porcentaje de “amor al arte” como diría mi abuela, pero así como vemos en todas las publicidades lo hermosa y vasta que es la noche porteña (que es faro a nivel internacional, somos capital mundial de teatro), es necesario que se sepa: la noche porteña es vasta y hermosa y con un circuito artístico increíble, porque nosotros estamos ahí bancando los trapos. Sosteniendo esa magia, muchas veces, a cambio de un reconocimiento que nunca llega. Y obvio, gratis. La cultura se sostiene a sabiendas de que quienes ponemos el cuerpo lo hacemos de onda, y lo seguiremos haciendo porque preferimos poner plata de nuestro bolsillo para hacer la obra antes que no hacerla. Pero queremos que se le dé real acceso a la cultura, que nos podamos profesionalizar pensando, que podamos trabajar de esto que amamos. Y como bien dice Josefina en la obra, estamos hartas de llenar el CV por la maldita experiencia. Pero ojo con ser artista y pretender ganar guita porque corrés el riesgo de perder la sensibilidad, incluso entre la misma comunidad cultural si hacemos las cosas por amor al arte hay como un cierto orgullo en eso, pero si buscás ganancia, te vendiste. Nos convertimos en mundo del revés, lo avalamos y lo tenemos tan naturalizado que ya no lo vemos, hasta que a aparece una obra como esta y te sacude a los cachetazos.

Entonces, si te sentís un poco precarizada, un poco perdido, un poco monotribustista, llena de deseo, pero también lleno de dudas, si te encanta ese proyecto del que formas parte hace años y que aún no dio sus frutos, si no querés abandonar nunca tu labor artística, intelectual, social, pero sabés, también, que nunca te van a pagar por ello como corresponde, esta obra es para vos. Aprovechala. Andá a verla y salí corriendo a debatir con el resto de los otros locos que fueron con vos a ser parte de esa otra locura. Desde Farsa nos subimos a esa y te lo decimos: es una obra que te cambia, te ubica. Hasta nos atrevemos a decir que es una obra que puede cambiar el mundo, o al menos nuestro mundo. Por eso es imperdible. Nunca más acertada esa categoría. A nosotras nos dio impulso para abrir este debate. Como tantas veces quisimos hacer y nos costó empezar. Josefina nos dio pie y, ante todo, agradecidas.

Ficha técnico artística

Idea: Josefina Gorostiza

Dirección: Josefina Gorostiza

Intérpretes: Nicolas Goldschmidt, Josefina Gorostiza

Vestuario: Ailen Zoe

Video: Ramiro Bailiarini, Bernardita Epelbaum

Música original: Nacho Coppolecchia, Facu Kchihomeless

Dramaturgista: María Eugenia Cadús

Producción y distribución: Cecilia Kuska

Instagram: @precarizadaunaobradedanza

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