¿Alguna vez se preguntaron cómo sería una This is Spinal Tap versión argentina? Las Ramponi tienen algunas respuestas. Así es, su nuevo espectáculo “Nacidas con fórceps” rinde homenaje a ciertos rasgos de los roqueros reventados de los 90s, pero con una diferencia clave: son mujeres.
Esta obra la podemos hacer dialogar con Pomelo, el personaje ya icónico de Peter Capusotto que parodiaba al músico quemado hoy devenido en evangelista, devoto o planta. También con aquel falso documental que seguía las diatribas de una banda de rock a lo largo de las épocas, sus cambios y adaptaciones al sonido en alza del momento. Retrataba con una temperatura justa su estética masculina, básica, lineal que definía las tapas de disco (recordarán Smell the glove con una sonrisa) y la puesta en escena de los shows: cuero, volumen 11, baterista muerto, extra make-up.
Al igual que Spinal Tap, Nacidas con Forceps es una banda en decadencia, pero con mucho talento. La voz de Gabriela Epumer suena en el escenario y se mezcla con bandas de punk clásicas de garajes del conurbano: Sugar Tampaxxx, Eterna Inocencia, Flema, 2 minutos, Expulsados. La Enana (Fiorella Cominetti), Turbina (Carolina Ferrer) y la Papo (Julieta Filipini) son tres amigas que ensayan en el mismo lugar hace años y que van a antros a tocar, a tomar birra y a fumar con la monada.
El espectáculo es un recital de cincuenta minutos en donde, entre las canciones, las acotaciones y lo que les pasa en el escenario, nos vamos enterando de la historia de la banda y los problemas que las acompañan al momento.
Las chicas cantan y tocan y al ver el show sentimos que las conocemos desde hace mucho y que las seguimos desde siempre, que los guiños que definen a cada una son complicidades con su público fiel, ese que da lo que no tiene para ir a un recital de su banda preferida, se la tatúa en el cuerpo o se sube a un bondi con desconocidos, cantando hasta que salga el sol.
Nacidas con Forceps no podría aparecer en un mejor momento: con este olor a años noventa, donde la historia se repite como tragedia, nada más oportuno para que resurja el punk, el sonido sucio de la queja, la bronca y el hastío, la rutina de patear la calle, ya sea como parodia, culto u homenaje.
Ficha técnico artística
Dramaturgia: Las Ramponi, Laura Fernández
Colaboración dramatúrgica: Laura Fernández
Intérpretes: Fiorella Cominetti (Enana), Carolina Ferrer (Turbina), Julieta Filipini (Papo).
Vestuario y Escenografía: Julieta Capece
Iluminación: Diego Becker
Diseño de Sonido: Jorge Lagos
Producción musical: Francisco Cirimele
Música original: Las Ramponi
Fotografía y Diseño Gráfico: Luisina Jacinto
Prensa: Valeria Franchi
Supervisión artística: Laura Fernández
Asistencia de dirección: Iraitz Gómez Cabrera
Producción ejecutiva: Zoilo Garcés
Dirección: Las Ramponi