Mike Tyson da su último golpe, en Broadway, junto a Spike Lee

Hace falta coraje para saltar a un ring de boxeo; también hace falta coraje para saltar a un escenario y desnudarse ante la audiencia de un teatro en Nueva York. El director Spike Lee (Malcolm X, Mo´ Better Blues, Plan oculto) y el exboxeador Mike Tyson han unido fuerzas y ambos debutarán el 31 de julio en un teatro de Broadway. El primero pone el guión y el saber hacer —a pesar de que es su primera vez detrás de las bambalinas—; el segundo aporta una vida llena de éxitos y excesos, la mayoría ilegales, que lo llevaron en ocasiones a la prensa, a la cárcel, y ahora al teatro.

En palabras de Tyson, las funciones —solo habrá seis, del 31 de julio al 5 de agosto— mostrarán su lado más débil, serán “crudas” y “obscenas”. “Soy muy vulnerable y les voy a contar quién soy, de dónde vengo y cómo he llegado hasta aquí”, ha declarado el exboxeador en la presentación de la obra Mike Tyson: La verdad indiscutible.

La vida de Tyson, de 46 años, es una montaña rusa que alcanzó su máxima cota cuando a los 20 años ganó el título mundial de pesos pesados. El nene comenzó a repartir piñas a los 12 años en un gimnasio de Nueva York dedicado exclusivamente a delincuentes juveniles con posibilidades de reinserción. Ocho años más tarde, en 1986, se proclamaba como el campeón más joven de los pesos pesados. Heavy, sí.

Convertido en una celebridad, asiduo del photocall y adicto a la fama, Tyson fue desde entonces un vórtice de acusaciones de violencia doméstica, una condena por violación y abuso de drogas. En 1990 era derrotado en el ring por James Buster Douglas en uno de los combates más sorprendentes que se recuerdan, ya que las apuestas estaban 42 a 1 a favor de Tyson.

Un año después, el niño de Brooklyn era acusado de violación por Desiree Washington, otra nenita de 18 años que participaba en el Miss America Negra. Tyson fue declarado culpable por un jurado y un juez le condenó a 10 años de cárcel, de los que estuvo encerrado solo tres.

Su tormentoso matrimonio con la actriz Robin Givens; su paso por una clínica por su adicción a la cocaína; sus paseos en auto a más velocidad de la debida y con el doble del alcohol permitido; la trágica muerte de su hija de cuatro años, Exodus… Y por supuesto, el célebre mordisco a la oreja con pedazo arrancado incluido de Evander Holyfield durante un combate… Toda su vida será expuesta en un monólogo.

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