Con un edificio onda soviet y una historia de casi 70 años, el Teatro de la Juventud parece un mamotreto del pasado, pero fue testigo de un hito. Susan Sontag, la filósofa norteamericana, dirigió en este mismo edificio Esperando a Godot de Samuel Beckett en 1993, durante el sitio de Sarajevo.
Izudin Bajrovic (Vladimir): “Todas las funciones estaban llenas. El público quería venir: no había electricidad, no había televisión, sólo tenían el teatro”.
Susan Sontag (directora): “Ensayábamos en la oscuridad. El teatro estaba arruinado por bombas que habían caído hacía un año. Aún no habían sacado los escombros”.
El día de la función, el estruendo metálico de los tanques que recorrían las calles de Sarajevo se escuchaba adentro del Teatro de la Juventud.
Aunque eliminó el segundo acto, desestimó las didascalias y puso a tres parejas de actores y actrices en los papeles de Vladimir y Estragón, la puesta convirtió a Sontag en una heroína: fue declarada ciudadana honoraria de Sarajevo y la plaza frente al Teatro Nacional de la ciudad lleva su nombre.