Retiro Zelaya: una constelación en el cielo virtual

1928 fue un año importante para el concepto de constelación. Por un lado, la Unión Astronómica Internacional estandarizó los límites entre las 88 constelaciones reconocidas oficialmente (no incluyen las que solemos reconocer lxs que miramos al cielo sin un doctorado en Astronomía: las tres Marías, la cruz del Sur). Antes, esos límites eran tan difusos que, según algunos mapas, ciertas constelaciones compartían estrellas pero, desde 1928, gracias a la ciencia, el cielo quedó prolijamente sistematizado.

Por otro lado, en ese mismo año, Walter Benjamin, filósofo y crítico literario alemán (sí, ese loco lindo que corría, bailaba y escribía sobre Moscú en El hipervínculo (Prueba VII) de Matías Feldman), publicó su Origen del drama barroco alemán. En ese texto, Benjamin declara que la ciencia y la filosofía son diferentes: la primera busca poseer el conocimiento a través de los conceptos, la segunda busca representar la verdad a través de las ideas. Las ideas, según él “son a los objetos como las constelaciones a las estrellas”, es decir: las ideas no existen en el mundo, de la misma forma que las constelaciones no ‘existen’ realmente en el cielo, pero ambas nos permiten percibir relaciones entre elementos. 

Casi un siglo más tarde, Zelaya, un espacio teatral en el fondo del jardín de una casa del Abasto, nos invita a participar de “una constelación de disciplinas aparentemente distantes que será visible por tres noches en el cielo virtual” en forma de una serie de reflexiones guiadas por artistas, divulgadores y docentes. El temario es muy variado; incluye pedagogía, teatro, cine, psicología, filosofía comparada de Oriente y Occidente, astrología, poesía y artes visuales. Zelaya ya había hecho una propuesta similar en modo presencial en 2018, cuando no usábamos barbijo y salir a la calle no era un desafío higiénico y sanitario. Ahora, Federico León y Agostina Luz López reformulan ese ciclo para la virtualidad y el bendito Zoom.

En los últimos meses, lxs teatristas se las ingeniaron para buscar formas más interesantes que el teatro filmado y muchas tienen como eje la interacción. En este caso, la idea es interactuar por medio de interrogantes: no ser espectadores pasivxs, sino pensar con quienes nos hablan a través de la pantalla. La propuesta es más benjaminiana que astronómica. Las preguntas que dan lugar a la constelación de charlas -¿cuáles son mis prácticas?, ¿cuál es mi reflexión sobre lo que hago?, ¿cuál es la cosmovisión que se desprende de mi práctica?, ¿cómo se entrelazan las experiencias individuales y colectivas?- no reclaman respuestas unívocas sino que “pretenden ser convertidas en un firmamento donde provocar, expandir y contemplar reuniones posibles entre cosas distintas”.

Lxs organizadores de Retiro Zelaya indican que “se podrá ver en el cielo virtual” entre el 21 y el 23 de agosto, por la tarde. Por supuesto, la elección y disposición de lxs expositores/estrellas ya es de por sí una constelación y se recomienda participar los tres días consecutivos para visualizarla por completo. Pero nada impide que lxs asistentes se vuelvan filósofos y creen sus propias configuraciones luminosas. 

PROGRAMACIÓN

Día 1: viernes 21 de agosto – 19 h

  • “La vocación a la luz del bien y el mal” (Bernardo Nante)

La época no podrá cambiar si nosotros no cambiamos. Y el cambio no está sujeto a fechas, es decir, a un tiempo lineal, sino a una mutación misma del tiempo. Se trata de pasar de un tiempo en donde prevalece lo cuantitativo (‘khrónos’) a un tiempo en donde prevalece lo cualitativo o el sentido (‘kairòs’) y que supone un cambio de época, es decir, el establecimiento de un nuevo modo colectivo de ver, vivir y elaborar la realidad.

Bernardo Nante es doctor en filosofía y realizó estudios superiores en psicología, ciencias orientales, matemática y economía. Investiga sobre la interrelación entre psicología, religión y filosofía comparada de Oriente- Occidente. Preside la Fundación Vocación Humana. Es decano de la Facultad de Filosofía, Letras y Estudios Orientales de la Universidad del Salvador.

  • “Paisajes invisibles” (Nora Moseinco)

La atención como el acto más alto de receptividad. El cuerpo como ajenidad. Permitirle al cuerpo sentir. El sentir sin justificación personal ni narrativa. La palabra que no intenta narrar. La palabra que puede retroceder y estar a la espera. La palabra como paisaje. La presencia que todo lo incluye. La productividad como un hecho natural, como el resultado de incluirse. El espacio vibracional interior. El cuerpo como espacio desconocido para escuchar y sentir. El espacio del cuerpo como molécula de cielo.

A partir de la fundación de su escuela de actuación en 1995, Nora Moseinco desarrolla su propio método de enseñanza basado en el despliegue del potencial individual.

Día 2: sábado 22 de agosto – 19 h

  • “El secreto” (Mabel Ugarte)

Los hechos de la historia familiar, revelados o escondidos, funcionan como si fueran núcleos neurológicos que coordinan la respiración emocional de los miembros de un sistema.

Mabel Ugarte se autodenomina artista médica independiente. Es pediatra y psicoterapeuta, docente universitaria nacional e internacional. Es una de las primeras docentes de constelaciones familiares en América Latina y España. Dirige actualmente La Ronda Virtual de Sueños Sistémicos.

  • “¿Por qué calla la abuela? Historias familiares, narraciones universales” (Agustina Comedi)

Los secretos y los conflictos en los árboles genealógicos casi siempre responden a tramas que exceden a quienes los protagonizan. Muchas veces el silencio de la abuela puede ayudarnos a entender el exilio, la libertad o la guerra. ¿Cómo hacemos de la narración de la historia familiar algo más que la mera exposición de lo íntimo?

Agustina Comedi (1986). Córdoba, Argentina. Guionista y realizadora. Estudió Letras Modernas. En 2017 estrenó su ópera prima “El silencio es un cuerpo que cae”.

Colaboración: Rafael Federman.

Día 3: domingo 23 de agosto – 18 h

  • “La astrología como portal a otra realidad” (Alejandro Lodi)

El viaje de la conciencia y la exploración del misterio. La dinámica entre personalidad y alma. Los símbolos de la astrología como fuente de significado.

Significados regresivos y creativos. El orden de las creencias y el desafío de la percepción. La dinámica entre necesidad de seguridad y búsqueda de trascendencia. La tensión entre la certidumbre intelectual y la sensibilidad perceptiva. La astrología como ciencia y como arte.

Investiga en astrología desde 1987. Docente, divulgador y autor de “Astrología, conciencia y destino”, “Tarot y astrología”, “El zodíaco y las relaciones” y “Quirón y el don de la herida”.

  • “Hu é? Membranas efímeras” (Sirenes Errantes)

Doce colas, columnas cervicales.

¿Quiénes tienen permitido moverse? ¿De qué manera tienen permitido moverse y por qué tienen permitido moverse? El movimiento ha sido objeto de protocolos, permisos y demás instrumentos de control de los Estados.

Pero recordemos que moviendo la sal armamos las membranas efímeras que hacen a la materia prima de la imaginación y a la ejecución de las acciones diarias. ¿Cómo nos sentimos? ¿Cómo hacer rodar un huevo? ¿Cómo un huevo nos hace rodar a nosotres? ¿Qué movimientos nos acercan a una relación inter-especie, inter-objetos, deshabituada?

Sirenes errantes: Osías Yanov, Julia Hadida, Bautista Viera, Violeta Mansilla, Marta de la Gemte, Meme Liébana, Silvia Estrin, Martín Tchira, Alejo Petriz, Flor Carrizo, Nina Kovensky, Melisa Chetto.

Son un grupo que desde 2019 lleva adelante una genealogía de prácticas, acciones y encuentros donde la sal, el cuerpo, la noción de sirenas y una aldea de emocionalidad común se profundizan para hallar caminos que hagan emerger adormecidas sensibilidades del cuerpo social.

  • “Oficina de poesía” (Cecilia Pavón)

Desde 2012, varios días por semana, cuando oscurecía, la vida cotidiana de mi casa se suspendía y mi living se transformaba en una Oficina de poesía, la sede de un ritual. Durante varias horas, sentados en ronda nos leíamos poemas escritos a partir de una consigna arbitraria que yo había dado una semana antes. Pero la consigna era solo una excusa, lo que realmente importaba era la sensación de ingresar en el espacio al mismo tiempo lejano y cercano de la poesía. El espacio de la poesía entendido como un estado mental y espiritual antes que un procedimiento, la escritura concebida primero que nada como una práctica para transformar la propia vida. En este retiro, transmitiendo desde mi departamento intentaré mostrarles como una casa se transforma en una oficina de poesía.

Cecilia Pavón nació en Mendoza en 1973. Estudió Letras en la UBA. En 1999 cofundó el espacio Belleza y Felicidad. Ha publicado libros de poesía y de cuentos. Sus últimos libros son: Fantasmas buenos (2019) y Todos los cuadros que tiré (2020).

Alumnos: Nina Suárez, Fausto Castoldi, Pablo Petkovsek, P.G. y Valentín Etchegaray.

Más información en la cuenta de Instagram del teatro.

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