Iván Benet trae desde Cataluña “Informe para una academia”, al Festival Temporada Alta en Timbre 4 (podés verla viernes 5 de febrero, a las 20; sábado 6 de febrero, a las 23 y domingo 7 de febrero, a las 19). Antes de conocer su obra, conocelo a él.
Contanos tres cosas de la obra que traés al Festival Temporada Alta:
“Informe para una Academia” es un cuento de Kafka que atrapa, muerde y conmueve. Peter el Rojo es un simio que en nuestro espectáculo se convierte en un crooner de jazz, de aquí la música original de la gran músico y cantante catalana Sílvia Pérez Cruz. La historia pretende abrir un debate con múltiples lecturas sobre la libertad humana que Kafka plantea como un engaño.
Tres palabras que te definan:
Inquieto. Hormiga. Sensible.
Tu héroe o heroína en las tablas:
La actriz catalana Anna Lizaran, una bestia de la escena que nos dejó, con quién tuve la suerte de trabajar y me regaló sabios, lúcidos y prácticos consejos.
Una cábala:
Normalmente llevo una piedra lunar en el bolsillo y necesito tocarla de vez en cuando para estar tranquilo.
¿Qué superpoder te gustaría tener?:
Telepatía. Leer el pensamiento del otro me parece entrar en un mundo desconocido.
Un recuerdo en el teatro:
Cuando era niño, en una función amateur de la compañía dónde colaboraban mis padres, quedé atrapado en medio de una función cuando salía de escena por una bambalina sin salida. Esperé en silencio viendo boquiabierto toda la obra. Allí me sentí como en casa y no dejaba de pensar que yo quería hacer aquello que veía.
¿Por qué teatro?:
Es una forma de esculpir historias en equipo y de percibir las sensibilidades ajenas. Una extraña manera de mentirnos los unos a los otros y así reconocer nuestras miserias y nuestras alegrías. Hay algo del riesgo de lo inmediato que debemos preservar.
¿Qué obra soñás dirigir?:
Siempre que termino un libro que me gusta pienso que querría adaptarlo al teatro y dirigirlo, pero a menudo me entran ganas de repensar los clásicos, aquellos grandes mitos que siempre persisten. Y inmediatamente me viene Medea de Eurípides a la cabeza.
¿Por qué? No lo sé. Supongo que porqué los mitos nos recuerdan que seguimos equivocándonos. Difícil razonar un sueño, es un impulso que si nunca se materializa lograré comprender.
¿Dónde te ves en 10 años?:
Me veo siendo capaz de combinar equilibradamente las múltiples contradicciones que la vida nos plantea. Y si puede ser medio año en la montaña y medio año en el mar, mucho mejor.
Si no fueras director de teatro, ¿qué serías?:
De hecho más que director soy actor, pero si no fuera una de éstas dos cosas, seguro que haría algo relacionado con la literatura. O payés.