En cualquier circuito, sala y obra teatral se le pide a los espectadores que apaguen sus telefonos celulares. Son pocos los que verdaderamente lo hacen, parece ser costumbre dejarlos en vibrador para pispiar mensajes en medio de la función, o incluso dejarlos a todos volumen, total, si el actor es bueno no debería desconcentrarse por una pantalla brillando en plena oscuridad o por un sonido inofensivo ¿no? ¡NO! Haceme el favor de no ser un pendejo irrespetuoso y ¡apagá tu celular!
Para que se den una idea de lo molesto que es, no solo para el resto del público sino también, y sobre todo, para los propios actores, anoche Patti LuPone, grosísima actriz, ganadora de Premios Tony y Olivier, capa indiscutida de las tablas y los musicales, se hartó. Literalmente se bajó del escenario en plena función de Shows for Days, y, manteniendo su personaje (genia), le arrebató el celular a una espectadora que estaba dele que te dele con los mensajtos; se lo llevó detrás de escena y chau pichi.
No es la primera vez que LuPone reacciona ante tal falta de respeto. En 2009, frenó en seco una función de Gypsy porque un idiota estaba sacando fotos y ella a grito pelado: “Pará, pará de sacar fotos ahora mismo. Escuchaste el anuncio ¿quién te creés que sos?” Acá podés escuchar el audio completo, no tiene desperdicio:
Después del incidente, hoy la actriz lanzó un comunicado* en Playbill, que de tanta frustración por estas situaciones, está pensando en dejar el teatro; justo ahora que recién comienza la temporada de Shows for days, obra que, irónicamente, habla de la pasión de hacer teatro en vivo. Desde Farsa Mag bancamos fuerte este reclamo y les pedimos a todos nuestros lectores, asiduos espectadores teatrales, que antes de la función apaguen sus celulares. Posta, no les va a pasar nada si se desconectan del mundo por un ratito, o ¿acaso esa no es la idea de ir al teatro? ¡Pegarse un lindo viaje!
* “Trabajamos duro en el escenario para crear un mundo que está siendo totalmente destruido por unos espectadores groseros, ensimismados y desconsiderados que están controlados por sus teléfonos. No pueden dejarlos a un lado. Cuando suena un teléfono o cuando vemos una pantalla en la oscuridad, arruina la experiencia para todos los demás –la mayoría de la audiencia y los actores en el escenario. Estoy tan derrotada por este problema que me pregunto seriamente si quiero seguir trabajando en el escenario. Estoy poniendome el equipo de batalla encima de mi traje para vigilar a la audiencia, además de actuar“.