Danza improvisada bajo la dirección de Leticia Mazur e Inés Rampoldi, “un viaje único y diferente cada noche”. Un espectáculo de intenso movimiento expresivo. El DJ de la puesta, Eduardo Ferrer, toca unas combinaciones de música electrónica cuando Emilia Claudeville y Florencia Vecino salen a escena vestidas con unos trajes al estilo Kill Bill. El diseño de luces se mezcla con esos tonos naranjas, rojos, plateados y generan un clima de fuego y belleza.

Leticia Mazur llega con un silencio y una remera verde que rompe esa paleta de colores cálidos. Improvisa un número entero sin un solo sonido. La sigue el bailarín Gianluca Zonzini y aparecen bolas de disco. Las luces juegan con esos brillos espejados, y por momentos parece un boliche y por otros, un escenario de danza clásica. Es la improvisación una dramaturgia en sí y el relato lo puede interpretar el espectador. Creá tu historia durante la función que, en el interín, los cuerpos se tuercen en el hermoso Teatro Picadero.