La validez de los temas chejovianos en la actualidad es indudable, pero ¿cómo se representa a Chéjov hoy en día? He aquí una posible respuesta, Un Vania.

La historia dice más o menos así: Plena decadencia de la Rusia zarista. Serebriakov, un célebre profesor venido a menos se muda con Elena, su nueva -y mucho más joven- esposa, al campo de su difunta primera mujer, hábitat natural de Vania, hermano de la difunta, y su sobrina Sonya, hija del profesor, que trabajan para mantener la vivienda en pie. También corretean por ahí la madre de Vania,  Teleguin, un hacendado emprobrecido, y Astrov, médico y amigo de la familia. La presencia de los recién aterrizados, él enfermo y ella hermosa, altera el normal funcionamiento de la casa. La felicidad sólo se hace presente bajo la forma de un sueño inalcanzable, mientras proliferan la nostalgia por el pasado y los amores no correspondidos. Chéjov for dummies.

Corte. Un golpe de humo, música y frenesí son el aliciente que propone Marcelo Savignone para subir al espectador a su calesita de ensueño. Los personajes chejovianos suelen pasar una buena parte de su tiempo espontáneamente aburridos y malhumorados; muchas veces, el mero hecho de respirar el mismo aire que ellos durante un buen rato puede hacer de ese letargo una infección contagiosa para el espectador. Sin embargo, esta propuesta provocadora le saca la lengua a dicho prejuicio, y entre violines y movimientos coreográficos construye con él una ecuación inversamente proporcional: cuánto mayor es el tedio de los personajes, tanto menor resulta el del espectador.

Si bien el texto original está bastante respetado, en esta versión prevalece por su encanto el conflicto personal de Vania sobre aquél ligado al trabajo y la casa. Sucede que la constante que se destaca es el fascinante trabajo de Savignone, tanto en su rol invisible de Supremo Hacedor en la concepción y puesta en escena, fiel a su habitual doctrina lúdica, como en la viva encarnación de este Vania.  Siguen inmediatamente después en la lista las actuaciones de Merceditas ElordiPedro Risi, el maniquí -que con su peso muerto cargado por los demás da cuerpo a Serebriakov-, y un interesante diseño de escenografía que permite una especie de ejercicio cinematográfico de planos y contraplanos.

Trailer:

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Ficha técnico artística

Dirección y concepción: Marcelo Savignone

Autoría: Anton Chejov

Actuación: Maria Florencia Alvarez, Luciano Cohen, Merceditas Elordi, Pedro Risi, Marcelo Savignone, Paulina Torres

Escenografía: Lina Boselli

Vestuario: Merdeces Colombo

Iluminación: Nacho Riveros

Realización de muñecos: Flavio Pagola

Video: Belén Robaina

Operación técnica: Daniel Schabert

Fotografía: Cristian Holzmann

Diseño gráfico: Edgardo Carosia

Colaboración artística: Nela Fortunato, Andrea Guerrieri, Eva Rodríguez

Producción ejecutiva: Silvia Barona

Este espectáculo formó parte de los siguientes eventos: Selección 2013 – Fiesta CABA del Instituto Nacional del Teatro, Festival de Teatro Clasico Universal, IX Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) y Escenarios de Verano Estación CABA

LA CARPINTERÍA

Jean Jaures 858

Teléfono 4961-5092

http://www.lacarpinteriateatro.com.ar

Duración 80 minutos

Acceso para Farsos

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