Una mujer está en un set de filmación rodeada de cámaras, cables y luces. Prueba cada ángulo de grabación y relata una noticia sobre un hombre que quiere gestar un hijo a partir de un trasplante de útero. Realizar videos informativos, ese es su trabajo.

Una voz en off masculina la dirige y le charla entre toma y toma, como para pasar el rato. Le dice que está linda, que pensó en lo que hablaron el otro día, en cómo ella lo hizo reflexionar sobre su vida y sus vínculos; le pide un consejo “como mujer”. Parecen amigos, hasta podría parecerse que se están tirando onda. Pero ellos no son iguales, ella está allí de cuerpo presente y él está en una cabina (no se sabe bien dónde); una disparidad que comienza a notarse a medida que van sacando sus trapitos al sol.

La obra va desentrañando un proceso de atosigamiento, manipulación y deschave que deja en jaque a ambos personajes y los lleva al enfrentamiento. Esa voz en off que comenzó tan galante, termina haciendo uso de la omnipotencia que adquiere desde su lugar privilegiado de escondite.

Esta creación de Elisa Carricajo y Lisandro Rodríguez reflexiona desde la dramaturgia y el planteo escénico, sobre los vínculos, la cuestión de género y las palabras que nos median. ¿Cómo se interpreta lo que el otro dice si solo tenemos su palabra, si no involucra su cuerpo, si no está presente?  Carricajo logra con acierto, gracias a su preciso y sensible instrumento actoral, mostrar la ambivalencia de su personaje: mantenerse profesional mientras la voz que dirige la incomoda y la desnuda con preguntas, hasta el punto de hacernos pensar si es posible que esté ocurriendo una violación verbal.

Se luce la sinergia de esta dupla creativa que forman Carricajo y Rodriguez, actores, directores y autores de la obra. Ella in y él off, mantienen una tensión escénica difícil de lograr, generando reflexiones sutiles en diferentes niveles. Los videos que se proyectan en vivo y en simultáneo, van creciendo con la obra, desde la imagen de ella, hacia los casi imperceptibles cortes de escenas porno que como la voz masculina en off, se van infiltrando en el relato. Un juego de tire y afloje constante, donde el humor es agudo y la mirada, acertada.

Una profesión, un vínculo, una prisión de cables. Cámaras, preguntas, palabras. Un trabajo.