Por tercera vez en la historia del Complejo Teatral de Buenos Aires sube a escena Un enemigo del pueblo, del dramaturgo Henrik Ibsen. Sobresalen las actuaciones de Juan Leyrado y Raúl Rizzo y la múltiple labor de Lisandro Fiks, que traduce, adapta, compone la música original y dirige una puesta que escapa de la solemnidad que generalmente se cierne sobre las representaciones de teatro clásico. 

Un enemigo del pueblo es una pieza central en el período realista del autor noruego. Período que abarca alrededor de cinco años y donde escribe quizás sus mejores dramas: Los pilares de la sociedad (1877), Casa de muñecas (1879), Espectros (1881) y Un enemigo del pueblo (1882). La historia de esta última es conocida: El Doctor Stockmann (aquí sencillamente el Doctor, interpretado sobriamente por Juan Leyrado), médico, de profundas convicciones idealistas, vive con su familia en una ciudad balnearia. Allí descubre que las aguas están contaminadas, lo que afectaría a la salud de los vecinos y los turistas. Por ende, decidirá comunicarlo a la sociedad a través de una carta abierta en el diario más influyente de la ciudad; diario que dirige Velasco (Edgardo Moreira).

El hermano del Doctor es justamente el Intendente (Raúl Rizzo) de la ciudad y su contracara: despiadado y autoritario, se desvive por derribar la teoría de que la contaminación es tan peligrosa como dice su hermano y minimiza sus argumentos (la limpieza de las aguas significarían demasiados gastos y la reducción del turismo). Todo esto no sucede de un momento a otro, pero se desencadena en el acto de la “asamblea popular”, famoso cuarto acto del texto original.

Ante la negativa de Velasco de publicar la carta, el Doctor llama a una asamblea. Aquí, Fiks, de manera inteligente, convierte al público en vecinos y, con las luces de sala encendidas, se vive una acalorada discusión entre el Doctor, el Intendente, Velasco y algunos actores secundarios diseminados en la sala. Lo polémico del texto se abre: el Doctor aboga por el voto calificado, profiere el por lo menos discutible “las mayorías nunca tienen la razón (…) la mayoría tiene el poder, desgraciadamente, pero no tiene la razón”. Asimismo, el Intendente pide a la sala que quien apoya los dichos del Doctor levante la mano, lo que produce un unánime apoyo a las palabras que emite el personaje de Leyrado. 

Sin embargo, la asamblea se convertirá casi en un linchamiento público, y condena al Doctor al ostracismo. Su casa es vandalizada por los vecinos y los únicos que lo acompañan son su hija Paula (Romina Fernandes) y su esposa Juana (Viviana Puerta). “El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo”, dice. Apagón.