Hay en Teatro Bombón Sangre Gringa. Y hay un intento novedoso de tomar la escena, recurriendo a elementos anacrónicos. Un inmigrante italiano y otro francés, enfrentados por su clase, deseos y cultura. Hay homoerotismo pero hay también amor, de ese que vuelve en forma de sumisión, atracción y rechazo.
Un duelo que tiene tanto de Rilke como de Señorita Julia. Una indagación sobre el deseo y la juventud que se va, como la luz de tarde en la ventana de Milion Bar. Un edificio Art Nouveau de tres pisos, que todos los domingos a la tarde presenta su Festival Permanente de Obras cortas. Distintos artistas son invitados a crear una obra de hasta treinta minutos, sin límites temáticos. Sólo tienen que elegir una habitación de la casa. Como si el encuentro con la arquitectura dictara la propia poética. Tiene como atractivo que varias obras se suceden en las distintas habitaciones, y uno puede ver hasta dos o tres en la misma tarde, a precios promocionales.
La propuesta de Alejandro Ullúa, asumida con una soltura notable por Hervé Segata y Matías Lanzillota, indaga en una pequeña habitación sobre la calle Paraná, pero uno bien podría pensar en Avenida de Mayo o en algún otro Petit Hotel. Hay una estética de lo bello construida en los cuerpos de los actores, en la música, en sus silencios. Como aquel que mira en el joven la amenaza de su propio deterioro. La arquitectura es también leída a través del tiempo, cuando en un domingo a la tarde afuera parecía construirse un país, marcando la vida y el deseo de todos los que llegaron en barco, que son también nosotros.
Ficha técnico artística
Dramaturgia y dirección: Alejandro Ullua
Actuación: Hervé Segata, Matías Lanzillota
Diseño de vestuario: Danny Di Luciano
Video, Fotografía y Diseño gráfico: Victoriano Pololla
Producción ejecutiva: Estanislao Otero Valdez, Lucas Sulpizi
Este espectáculo forma parte del evento: Teatro Bombón Festival Permanente de Obras Cortas: V Edición