Carola y Pedro, interpretados por Hilén Roson y Victorio D´Alessandro, acaban de perder a sus padres en un accidente de autos. Están destruidos pero así y todo tienen que pasar unos días en la cabaña donde vivían éstos para ocuparse de los dolorosos trámites que vienen con la muerte. Hacía mucho tiempo que no iban y ahora la cabaña les parece más chica, el pueblo les trae recuerdos raros de la infancia y afuera sólo están las montañas nevadas y el resto es silencio. El tiempo sigue girando y ellos ahí, como detenidos, teniendo que aprender a seguir adelante después de perder a sus padres de golpe, sin aviso. ¿Cómo se hace esto? ¿Cómo se alivia el dolor? Tal vez uno simplemente tenga que aprender a convivir con una tristeza quieta abajo de la respiración.
En la cabaña no están solos, los acompañan Lila, una documentalista y amiga íntima de Carola interpretada por María Dupláa y el novio de Carola, interpretado por Ezequiel Tronconi. Al rato llega un conocido de la infancia, Francisco, interpretado por Sergio Podeley, un gendarme que sigue viviendo en el pueblo y que fue el que tuvo que hacerse cargo del accidente. Juntos unen sus fuerzas y se acompañan en este difícil momento, pero cada uno de manera muy distinta.
Qué bueno que estés acá habla de cómo cada persona vive y transita el dolor de manera diferente, y de cómo soportar el día a día cuando se sufre una pérdida enorme. A pesar de ser una obra de tinte dramático Tronconi no deja de lado el humor, y entre drama y comedia se tratan temas complejos pero comunes a todos como el destino, el amor, la amistad y la muerte.
Cuando murió Kizuki aprendí una cosa. Quizá me resigné a hacerla mía: “La muerte no se opone a la vida, la muerte está incluida en nuestra vida”. Es una realidad. Mientras vivimos, vamos criando la muerte al mismo tiempo. Pero ésta es sólo una parte de la verdad que debemos conocer. La muerte de Naoko me lo enseñó. Me dije: “El conocimiento de la verdad no alivia la tristeza que sentimos al perder a un ser querido. Ni la verdad, ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariño son capaces de curar esta tristeza. Lo único que puede hacerse es atravesar este dolor esperando aprender algo de él, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva para nada la próxima vez que la tristeza lo visite de improviso”.
– Haruki Murakami. Tokio blues. Norwegian wood –
Ficha Técnica:
Elenco:
Escenografía y diseño de iluminación: Pablo Calmet
Vestuario: Paula Bianchini
Fotografía y diseño gráfico: Leandro Allochis
Entrenamiento físico y vocal: Leo Bosio
Asistentes de escena: Andrés Cintado, Matías Dinardo y Anahí Sinatra
Producción General: Izumi Producciones
Supervisión dramatúrgica: Ricardo Monti
Director asistente: Lucas Crespi
Dramaturgia y dirección: Ezequiel Tronconi
Teatro Codigo Montesco
Gorriti 3956 – Capital Federal, Buenos Aires, Argentina.
Teléfono: 3968-4292
Viernes 21hs
Entradas: $60 / $40