Lía es la Cenicienta trans de este fairytale en tono escolar-infantil, autopercibiéndose constantemente desde el lenguaje para ocupar su lugar en el mundo. Paula Cancela y Manu Fanego trabajan desde hace cuatro años en esta historia, que comenzó como Ensayo sobre el temor que me da ser una princesa y fue representada en cinco manifiestos en distintos en festivales teatrales de CABA. Princesa del futuro es el resultado de esta experiencia, y otro trabajo en conjunto en relación a otro personaje trágico griego reversionado desde el travestismo.

El Teatro Xirgu con su caja a la italiana, ayuda a enmarcar una experiencia fantasiosa expresada en términos casi escolares, en el sentido meramente del trabajo con la escenografía: les amigues del bosque de la princesa Lía son figuras de madera con rueditas, expuestas en su artificio en todo su esplendor. Humo y luces confluyen al sentido de cuento de hadas, así como la dicción neutra de doblaje de peli de Disney que decidieron darle al personaje. Un ciervo sentado al piano se encarga de los inserts musicales y los efectos de sonido, limitando el mundo ficcional a lo que sucede dentro de ese escenario, sin elementos extra-escénicos.

Amén del relato de la experiencia de su transición, se destaca en el texto el trabajo sobre el Lenguaje y los problemas de la deconstrucción a partir del mismo. Si nada existe por fuera del Lenguaje, entonces es preciso inventarse desde este: ponerle un nombre al pajarillo de fantasía que habla con Lía, llamar vestidos a las remeras, utilizar el inclusivo para incorporar identidades que la “a” o la “o” excluyen. Es el arma de la princesa para tender un puente y transitar el camino entre lo conocido y lo desconocido, como bajar del escenario rompiendo la cuarta pared e incluir al otro-espectador con un abrazo.