La quinta y más reciente obra de las Piel de Lava estrenó en el mes de julio en el Teatro Sarmiento, luego de una primera parte del año 2018 intensa entre el estreno de La Flor, el súper-largometraje que dirige Mariano Llinás y protagonizan las galardonadas actrices, y siendo parte del programa Artista en Residencia, programa que profundiza el trabajo de compañías escénicas que cura desde el 2016 Vivi Tellas. Este último, se encuentra en la tercera y última etapa correspondiente: primero fue la retrospectiva, en paralelo la realización de un seminario abierto a la comunidad artística, y ahora el estreno del nuevo espectáculo.
El trabajo de las Piel de Lava siempre parte de una consigna como desafío, como lugar nuevo a explorar. En este caso es el de interpretar a cuatro varones en obligada convivencia, cuatro trabajadores de un yacimiento petrolero en la Patagonia. En una entrevista en Farsa Radio previa al estreno, Pilar Gamboa nos comentaba cómo simplemente con un bigote o una pose estereotípica el varón ya se les aparecía.
Pero también se investiga cómo sin esos elementos, o incluso cómo despojándose de ellos en escena, el varón sigue estando: Palladino se saca la peluca y el gorro que esconden la larga y frondosa cabellera de Elisa Carricajo; El Carli (Pilar Gamboa) se saca el sustituto de goma que le generaba el bulto entre las piernas y lo deja arriba de la mesa, justo cuando comienza a abrirse y sensibilizarse; Formosa (Valeria Correa) se quita una abultada campera y se pone un vestido al cuerpo rosa y de lentejuelas para poguear un tema de los Redondos; Montoya (Laura Paredes) confiesa miedos y mentiras que son pura apariencia. Tal vez “poner la pija sobre la mesa” sea simplemente despojarse de las expectativas que un varón debe cumplir en una sociedad hetero-patriarcal.
Petróleo tiene momentos álgidos de risa, que nada tienen que ver con el hecho de que cuatro minas interpreten a cuatro tipos. El pogo ya mencionado con “Jijiji“, es un momento clave dentro de la dramaturgia hecha en equipo que antecede el desate de la tormenta: los personajes deben tomar una decisión que roza lo delictivo para poder sobrevivir una noche helada, entusiasmados desde el sentimiento de unión masificada que se puede vivir en un recital con desconocidos. Después de esto vendrá la calma y el despojo de lo superfluo.
Y como si fuera una metáfora de la forma de trabajo de esta compañía teatral, la escenografía la van armando y desarmando entre ellas. Como obreros de su propio espacio escénico, deben trabajarlo para obtener un resultado: “Trabajás más, te pagan más” piensa El Carli de forma meritocrática, para evitar el surgimiento medio sindicalista de Palladino. Rebelarse contra el jefe y las grandes corporaciones detrás de él, o quedarse piola en el lugar, son otros de los interrogantes que sacuden a este grupo de personajes en su hombría más que en su ideología o compromiso político.
Más allá de las nuevas propuestas que sirven como consigna, se siguen conservando elementos típicos de la dramaturgia de Piel de Lava: diálogos súper verborrágicos, humor bizarrísimo y descolocado, silencios extensos, la importancia del momento por sobre la historia, y el destacable trabajo actoral de las cuatro. La clave para ver una obra de esta banda de mujeres, es disfrutarlas a ellas y su trabajo en equipo extendido en el tiempo.
Ficha técnico artística
Dirección y dramaturgia: Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes, Laura Fernández
Actuación: Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes
Asistencia de dirección (CTBA): Fabián Barbosa, Sofía Palomino y Daniela Sitnisky
Escenografía: Rodrigo González Garillo
Vestuario: Gabriela A. Fernández
Asistencia de vestuario: Estefanía Bonessa
Meritorio de vestuario: Daniela Dell Acqua
Iluminación: Matías Sendón
Música y diseño de sonido: Zypce
Producción técnica (CTBA): Claudio Del Bianco
Coordinación de producción (CTBA): Mariana Mitre
Asesoramiento artístico y entrenamiento corporal: Andrés Molina