La nueva obra de Mariana Chaud propone un viaje. Un viaje en el tiempo y en la historia de Amalia, que va recordando y reviviendo una historia de amor de su juventud.
Amalia joven, soñadora e idealista, cruza el atlántico en barco, acompañada por su fiel y graciosa empleada Pepa (Maruja Bustamante) para encontrarse en Europa con el amor de su vida. Es este personaje que encarna Maruja quien nos pinta a una Amalia modosita y aniñada, que debe ser atendida permanentemente en cada uno de sus caprichos.
Este viaje en el tiempo hace que Amalia recuerde el amor, se pregunte por lo que vale la pena en la vida y se replantee su presente tan cercano a la muerte. Tanto el texto como el escenario son precisos y sirven a la historia para que el espectador navegue del presente al pasado y ate los cabos que conforman la vida de la protagonista. Un pequeño camarote de primera mitad de siglo y una chacra en el campo con animalitos, reposeras y una tv noventosa, conviven en una dinámica puesta en escena muy atinada para la historia.
En el presente, a su vez, los dos nietos (Julian Larquier y Andrés Rasdolsky) y la chica que ambos quieren (Tatiana Emede), se plantean cuestionamientos sobre el tiempo y la vida, como si las preocupaciones e interrogantes de Amalia también les surgieran a ellos. ¿O es que las preguntas esenciales de la vida son inherentes a todos los seres humanos? ¿O hereditarias?
La construcción de todos los personajes es de una densidad destacable. Graciela Dufau, en su Amalia del presente, evidencia una generación conocida e identificable y nos exhibe cada una de sus cualidades y (¿por qué no?) excentricidades. La arquitectura del carácter de la protagonista se reconoce con facilidad en la actuación de la bella Sofìa Brito, que encarna a la joven en su cruce en barco hacia el viejo continente. Claudia Cantero logra un personaje neurótico y traumado por un divorcio conflictivo y en claro conflicto con su madre. La sincronía que manejan en la obra es de una organicidad admirable.
Los vínculos familares que plantea Mariana Chaud se entrelazan armoniosamente en escena, creando una dialéctica familiar en la cual los conflictos del pasado y del presente parecen navegar en un mismo mar que los encuentra y los distancia a la vez. Los personajes intentan evolucionar, atravesando cada uno sus miedos y contradicciones en pos de entenderse y progresar.
No me pienso morir habla de Amalia y de todos. Del amor, del tiempo y de cómo las elecciones que hacemos le dan forma a nuestra existencia. Una historia completa, compleja y fascinante. Y un elenco de la talla de la propuesta.
Ficha técnico artística
Dirección: Mariana Chaud
Autoría: Mariana Chaud
Actuación: Sofía Brito, Maruja Bustamante, Claudia Cantero, Graciela Dufau, Tatiana Emede, Julián Larquier, Andrés Rasdolsky
Coreografía: Margarita Molfino
Música original: Fernando Tur
Asistencia de dirección: Marcelo Mendez
Escenografía: Gabriela A. Fernández
Iluminación: Matías Sendón
Vestuario: Gabriela A. Fernández
Asistencia de vestuario: Estefanía Bonessa
Producción: Santiago Carranza
TEATRO CERVANTES –TEATRO NACIONAL ARGENTINO
Teléfono 4816-4224
Jueves 21:00 hs
Viernes 21:00 hs
Sábado 21:00 hs
Domingo 21:00 hs
$ 120,00/ $ 90,00