Claudio y Sandra son padres. Según ellos, sus hijos son distintos a todos (los mejores de todos) y, como padres, tienen la misión de protegerlos de la monstruosidad que los rodea. Los Monstruos de Emiliano Dionisi, pieza ganadora de la Bienal Arte Joven, logra analizar, desde el vínculo primario de padres e hijos, todas las relaciones sociales.
Como únicos cuerpos en escena, construyen desde sus discursos a sus hijos y a todas las situaciones que acontecen. Con un nivel sublime de manejo sobre el cuerpo, es a través de su gestualidad y la precisión en sus diálogos que el público puede reconstruir los vacíos existentes en las historias que cuentan. Se trata de una obra que parece estar a punto de culminar una y mil veces, pero siempre hay una vuelta de rosca más que genera una profundización del análisis de la sociedad: comienza con mambos superficiales y problemas escolares, para adentrarse luego en capas más profundas que rondan lo morboso. ¿Necesario? Seguramente.
Acá -sin ánimo de ponernos intelectualoides- resuena enseguida Pasolini como intertexto para el análisis. En su obra Cartas luteranas, el filósofo/poeta/director/genio italiano propone que los hijos son responsables de las culpas de sus padres, porque las heredan y deben hacerse cargo de ellas. A lo largo de las diferentes “cartas”, Pasolini caracteriza a los jóvenes italianos de la década del 60, casualmente, como monstruos. Ya que los hijos que no se liberan de las culpas de los padres son infelices, y no hay signo más decisivo e imperdonable de la culpa que la infelicidad. De alguna forma más light, Dionisi retoma este planteo y nos expone frente a frente con los discursos paternalistas escuchados en la infancia hasta el hartazgo y que juramos no reproducir. He aquí el quid de la cuestión: ¿te hiciste cargo, asumiste la responsabilidad y te liberaste, o seguiste reproduciendo la culpa heredada?
Con este eje que atraviesa toda la obra y con actuaciones de la hostia de Mariano Chiesa y Natalia Cociuffo, el musical reflexiona sobre la relación de padres e hijos, el rol de la paternidad y los deseos truncos desde estas dos historias paralelas, dándole la música un poder que habilita otras posibilidades estilísticas que permitie un vaivén, llevando al público de la euforia al llorisqueo en la butaca.
Lección de Dionisi sobre la responsabilidad y el peligro de caer en la monstruosidad.
Ficha técnico artística
Dirección: Emiliano Dionisi
Dirección musical: Martín Rodriguez
Autor: Emiliano Dionisi
Actuación: Mariano Chiesa, Natalia Cociuffo
Músicos: Gianluca Bonfanti Mele, Matías Menarguez, Martín Tincho Rodriguez, Juan Pablo Schapira
Director asistente: Juan Jose Barocelli, Julia Garriz
Vestuario: Marisol Castañeda
Escenografía: Compañía Criolla
Diseño de luces: Claudio Del Bianco
Música: Martín Rodriguez
Letras de musicales: Martín Rodriguez
Fotografía: Akira Patiño
Asesoramiento de vestuario: Ezequiel Galeano
Asesoramiento de arte en fotografía: Ezequiel Galeano
Asistencia de iluminación: Martín Fernández Paponi
Prensa: Tommy Pashkus
Producción ejecutiva: Compañía Criolla, Sebastián Ezcurra
Este espectáculo formó parte del evento: Bienal Arte Joven Buenos Aires 2015
TEATRO EL PICADERO