Escrita y actuada por Carolina Guevara y dirigida por Leandro Rosati, el unipersonal Los golpes de Clara va por su segunda temporada en el Centro Cultural de la Cooperación. La historia es la de una madre de dos hijos, ama de casa, separada y sin trabajo, sumida en un remolino machista: su ex marido se niega a pagar la cuota alimentaria, y ella termina demorada en una comisaría por pegarle a un hombre que la manoseó en un colectivo. El trabajo actoral de Guevara para componer este personaje, le valió la nominación a Mejor Actriz de 2017 en los Premios Luisa Vehil.

Clara decide refugiarse en el entrenamiento de boxeo para armar una banda de mujeres con el objetivo de “cagar a trompadas a tanto jodido suelto”. Pero los guantes y el ring aparecen de manera lateral, casi metafísica, sin ánimos de buscar justicia por mano propia. Es más bien, una vía rápida para el alivio existencial y para encontrarse a ella misma. “Puede que el boxeo sea una forma cruel de autoagresión, pero es la manera más inmediata de trascender el propio destino”, escribió la narradora norteamericana Joyce Carol Oates en su libro Del boxeo, y acá nos sirve para explicar la idea central de esta pieza.

Con el corazón en un puño, a Guevara le salen todas: conoce los vericuetos del texto y extrae la comicidad que se esconde en lo dramatúrgico para ubicarla en la palestra. Los golpes de Clara es una digna comedia de género que no deja de ser una pieza fuerte, comprometida, fundamental en estos tiempos.