Asistir a Las de Barranco (versión de Alfredo Allende y Toto Castiñeiras) es una fiesta desde el momento en el que se ingresa a Milion Bar. La acción teatral sucede en una habitación de una pensión de comienzos de siglo XX, una casona ideal para la historia que se cuenta.
Hay que destacar el trabajo del director, que retoma la idea de Gregorio de Laferrère (autor de la pieza original escrita en 1908) de poner en evidencia la decadencia de una familia que se queda sin el sostén masculino y araña la realidad para poder sobrevivir. Laferrère escribió una comedia saineteada que resalta los personajes femeninos en conflicto con el entorno que las determina, y la visión de la dirección de Castiñeiras comulga con la idea del dramaturgo aún habiendo pasado más un siglo de su escritura.
Las actuaciones aciertan el tono tragicómico de la historia y nos incluyen a los espectadores en esta historia lejana y actual a la vez. Teniendo en cuenta que Toto Castiñeiras es clown (tiene su Escuela Clown Teatral y también participa del Cirque du Soleil), se entiende que haya elegido a tan versátiles actrices, ya que interpretan a los personajes desde un lugar increíblemente lúdico, lo que dinamiza la historia y la coloca en un lugar que el autor probablemente festejaría.
El argumento se mantiene igual: una madre viuda (Teresa Murias), a la que su marido solo le dejó una pensión de la que puede cobrar alquileres para mantener a tres hijas solteras. Pepa (Julieta Carrera) la hija menos agraciada y más pendiente de su padre muerto, que aún espera infantilmente que regrese de la guerra. Cármen (Corina Romero) es la hija a la que Doña María quiere casar con algún inquilino de la pensión y a la que permanentemente está queriendo ofrecer al mejor postor. Y Manuela, esa hija predilecta, pero que no aparece en escena ya que se encuentra en la vereda viendo si consigue marido.
En esta excelente adaptación decidieron que únicamente aparecieran las tres potentes protagonistas femeninas, sacando de escena a otros varios personajes que aparecen en el texto original.
Las tres actrices que aparecen en escena interpretan una dinámica familiar digna de un sainete cómico que hace que el público tenga empatía con ellas y hasta intervenga en las escenas por invitación de Pepa, la más incomprendida e histriónica de las de Barranco.
La dirección incluye movimientos coreográficos y musicales precisos y referenciales, y un guión corporal clownesco que divierte al público y también lo advierte del tipo de angustia que circunda a las muchachas de Barranco.
La obra se resignifica acertadamente en esta puesta y enorgullece el recuerdo del autor porteño de principio de siglo XX. La dirección, la puesta, el vestuario y las actuaciones dan en la tecla de esta historia, representada tantas veces en nuestro país, que sigue vigente y es tan bien captada por los que adaptaron el texto original.
Ficha técnico artística
Dirección: Toto Castiñeiras
Adaptación: Alfredo Allende, Toto Castiñeiras
Actuación: Julieta Carrera, Teresa Murias, Corina Romero
Iluminación: Omar Possemato
Pelucas: Enzo Bonardi
Realización de vestuario: Enzo Bonardi, Marta Niz
Realización de dispositivos lumínicos: Valeria Junquera
Asistencia técnica: Ramiro García Zacarías
Asistencia de dirección: Fred Raposo
Este espectáculo formó parte del evento: Teatro Bombón 8º y 9º.