Bernardo Cappa la rompe en el Centro Cultural de la Cooperación con La yegua muerta, una obra para reír y reflexionar un poco sobre nuestra historia reciente y sobre aquellos que nos gobiernan: un pastor evangélico corrupto y sus hijos preparan “la vuelta” de la familia al poder en la iglesia, con un show insólito que se interrumpe una y otra vez, atravesado por situaciones desopilantes.

Un pastor evangélico planea su regreso a la iglesia de la que lo expulsaron en medio de escándalos de corrupción Desde un pueblo olvidado y con la ayuda de sus hijos, intenta filmar un video, nada menos que en un teatro, en el que “resucita” a una actriz increíblemente parecida a Eva Perón. Planean proyectarlo en la iglesia, frente a todos los fieles, para que ante semejante milagro sean ellos mismos quienes pidan su retorno en un suceso metateatral de alto poder simbólico.

Sin embargo, la filmación del “sketch” no para de ser interrumpida y, con cada intento, la salud (y la vida) de la actriz corren peligro. El conservador hijo del pastor pelea con su hermana socialista, mientras ambos piden a su padre un espacio en la administración de la iglesia, una vez que “la vuelta” se haga efectiva.

Entran a escena los conflictos sobre qué tipo de iglesia evangélica quieren construir los personajes, la ideología, la demagogia, la lucha por el poder, el nepotismo, el favoritismo. La historia argentina reciente y la actualidad política también aparecen a través de diálogos divertidos que llegan a rozar lo absurdo. Planazo para pensar el desempeño del poder argentino y el discurso político ¡a las risas!