El Maipo Kabaret se traslada a los ’90 y nos lleva al cumpleaños de treinta de Leo. Las risas surgen desde la escena uno, porque Leo es la personificación de ese gordito que todos llevamos dentro: que levante la mano el que nunca sintió que comer una torta de chocolate era “casi una experiencia religiosa”. No solo es gordo, sino inseguro, porque la sociedad, sus vecinas lookeadas a lo Cindy Crawford y la televisión que siempre está prendida, le dicen que tiene que ser flaco. Pero, además de gordo e inseguro, Leo está enamorado.

El humor es bueno e inteligente, las actuaciones están muy bien logradas y las voces de los actores, que musicalizan la historia, son geniales. ¿Qué cantan? Hay temas originales y otros no. La selección es muy buena, se trata de esas canciones noventosas que todos conocemos y coreamos en silencio cada vez que suenan en la radio.

Ya tenés tu plan anti-jueves. Sentate, pedite una birra, escuchá músicos en vivo y buenos cantantes, lanzá una risa tras otra, viajá a los noventa y sumate a la causa para reivindicar el orgullo gordo: #StopGordofobia.