Sobre una  cama de hospital Frida espera el momento de la operación donde le amputarán una de sus piernas. En ese tiempo, recuerda momentos de su vida, a su gran amor Diego Rivera, su relación con ciertos personajes de la política y artistas; confiesa sus miedos, alguno de sueños no concretados, y pesadillas que por el contrario, sí se concretaron. Sus palabras son como pinturas retratando estampas de la historia del arte y de la política universal.

Un cuerpo, que dialectiza acerca de lo normal y lo anormal en el marco de una sociedad. Un joven cuerpo atravesado por la muerte, su vientre como cementerio, a la vez ella, una creadora descomunal. Nos hablará sobre su sexualidad, su arte, su feminidad , todo a flor de piel en este unipersonal que pone en el centro de la escena a una de las personalidades más enigmáticas y polémicas de nuestra era.

Un texto por demás poético a la vez que consigue una síntesis histórica que aporta muchos datos poco conocidos.

La actriz Jimena Anganuzzi se destaca en la composición de este desafío de ser Frida por 50 minutos. Sostiene, soporta, muere, renace, dice lo más difícil de pronunciar: los silencios, las pausas, va del negro al blanco con gran destreza.

La dirección , también de Abadi, marca el tempo con la nota justa. Los efectos sonoros de la mano de Malena Graciosi , la escenografía y el vestuario de Paola Delgado, y el diseño lumínico por Ricardo Sica logran un todo bello a la vez que denso por lo doloroso que implica el otro lado de la creación: la destrucción.

Kahlo luces y sombras, habla, entre otros temas , de la relación entre el cuerpo y la mente, así como de  la relación entre las leyes de los hombres versus  la ética femenina . Frida es una mujer que parece no poder discernir sobre su vida y su arte, Abadi, en esta primera pieza , de lo que dió a llamar Biografía Ficcionadas que abarca cuatro obras , la  muestra como una verdadera Antígona de la pintura, re-tratándola con pinceladas finas rompiendo así el estereotipo del merchandinsing en remeras, fotos, adornos, y accesorios, del que la sociedad de consumo nos ofrece, resaltando, en cambio su aspecto más real y a la vez poético, es decir, su arte.