Estrella es una revendedora de Avon que, mientras intenta vender sus productos a una clienta del pequeño pueblo en el que vive, le cuenta su vida. Estrella, “el aire sale, el aire entra”, llena la sala principal de El Camarín de las Musas función tras función y hay un porqué: a través de un monólogo impecable y una actuación para aplaudir de pie, Juan Pablo Geretto nos hace estallar en carcajadas, nos hace empatizar con la historia de Estrella y llorar con ella.

Estrella se convirtió en revendedora de Avon porque su familia, cansada de verla tirada en un sillón mirando televisión, la empujó a trabajar. Sin embargo, no tiene nada de emprendedora. Está casada, tiene dos hijos adolescentes y vive en un pequeño pueblo a cientos de kilómetros de Buenos Aires. Intenta venderle productos de belleza a una clienta mientras relata episodios de su vida, y describe al pueblo y sus habitantes de manera hilarante: desde su madre exigente y “mala”, sus problemas de salud, y la planificación del viaje a Buenos Aires hasta la cena anual de Avon, un congreso de emprendedoras en el que se enfrentó cara a cara con mujeres exitosas. El horror también aparece: crímenes y muerte, violencia de género, pobreza, patriarcado.

A través de las palabras de Estrella, el relato vira de la risa total con los chismes de pueblo a la tristeza por la frustración de una mujer que no vive la vida que quiere y que, probablemente, no sabe ni cuál es la vida que quisiera tener. Estrella no decidió cuándo casarse, ni cuándo tener hijos, otros eligieron por ella dónde vivir y qué casa construir, cuándo irse de vacaciones y a dónde. Sobre la revendedora pesa una angustia que ella primero no sabe explicar, pero que va descubriendo a medida que se replantea quienes fueron los que tomaron las riendas de su vida.

Juan Pablo Geretto hace una interpretación precisa de esta mujer frustrada, angustiada y a veces muy divertida. No solo encarna a la Estrella adulta, sino que también la representa siendo niña y adolescente, con mucho éxito en el traspaso de la actualidad al recuerdo. Además Geretto es, por momentos, madre, padre, marido y suegra de Estrella. No es la primera vez que el actor interpreta un rol femenino: se destacó con la Maestra Normal y ganó un Martín Fierro con Reina, la travesti de la tira Vecinos en guerra.

La actuación es el pilar que sostiene el interés y el humor durante la hora que dura la obra. El guión se destaca, logrando un traspaso orgánico del humor a la tragedia, haciendo reír y llorar. “El humor es un proceso, un don o un ingrediente para sobrevivir el horror. Todo el humor es horror tamizado. En esta obra hay desmembramientos de cuerpos, accidentes donde vuelan vacas, gente que las carnea“, lo resumió el actor en una entrevista.

Geretto es también el autor de la obra, que se inspiró en su infancia en Gálvez, el pueblo santafesino donde creció: “El de Estrella es un pueblo más chico que el mío. Me la imagino en algún lugar del interior, con esa sensación que te provoca mirar a Buenos Aires: te parece inabarcable, misteriosa y poco amable”, dijo al respecto el actor.

Estrella es un personaje fascinante que enamora al público llevándolo de la mano por un camino divertido en el que las historias del pueblo aparecen entre las recomendaciones de perfumes y labiales. Su vida es divertida, porque ella, desde su angustia, la cuenta a través de la risa. Sin embargo, llega un momento en el que los problemas son demasiado grandes y la frustración por no haber gozado de libertad crece hasta un punto en el que no queda otra que llorar, dejando atrás esa presión por disfrutar y reírse. Un trabajo muy bien logrado y súper recomendable de Juan Pablo Geretto.