Hay combinaciones que no pueden salir mal: Mariano Mazzei tuvo la idea y puso su cuerpo en escena, Fernando Albinarrate (a quien recordamos con cariño por Ni con perros, ni con chicos… y SALLY, una farsa) escribió y musicalizó, y Emiliano Dionisi (generación 2015 de “bienalistas”, director de Los monstruos) fue quien dirigió El puente azul. No hay mucho espacio para fisuras.
Pongámonos en tema: Antonio y María son dos italianos que prometieron casarse a principios del siglo pasado. Él arribó en el puerto de Buenos Aires, esperando conseguir un trabajo que le permita traer a su enamorada a través del atlántico. Al principio, todo parece ser amor y esperanza. Pero los meses se alargan, la vida en el conventillo se hace difícil y la paciencia deja de soportar tanto. Con un par de cambios en los detalles de la vestimenta, Mariano Mazzei y Dolores Ocampo se transforman en Roni y Evangelina. Viajamos al siglo XXI y nos metemos en la historia de dos jóvenes, un argentino y una italiana, que se conocen porque él esta de viaje. El amor surge entre los dos aunque saben que, en algún momento, se van a tener que separar.
La escenografía es casi inexistente pero no hace falta: Mazzei y Ocampo lo dicen todo. En el centro, un piano y un violín acompañan lo que ellos cantan. La música, las voces, los actores, el texto… todo junto, logra conmover: a más de uno le resbalaban lágrimas por las mejillas desde la escena uno.
Hablemos de las actuaciones de los protagonistas: es genial la capacidad de ambos de trasladarse 100 años en el tiempo a cada rato, de pasar de argentino a italiano de un segundo a otro, de transformarse por completo a través de una campera de jean y una flor en el pelo. Cada personaje es único, y los actores enfrentan el desafío de pasar de uno a otro, sin cometer el más mínimo error.
Ambas historias funcionan, a cada una se le dedica el tiempo necesario, tienen su inicio y su final, tienen sus alegrías y sus tristezas, conmueven, enamoran. Los contextos son muy distintos, las relaciones y las personas también. Pero el amor es amor y los kilómetros que separan a Roma de Buenos Aires tampoco cambiaron. La obra nos hace sentir, en dos historias muy diferentes, el amor a la distancia, y nos propone ver al océano más como un puente que como un abismo. A través de interpretaciones excelentes, música en vivo y voces increíbles, El puente azul muestra con éxito esa sensación hermosa y triste de tener el corazón partido en dos, y con un pedazo a miles de kilómetros.
Ficha técnico artística
Dirección: Emiliano Dionisi
Autoría: Fernando Albinarrate
Idea original: Mariano Mazzei
Actuación: Mariano Mazzei, Dolores Ocampo
Dirección musical: Fernando Albinarrate
Coreografía: Alejandro Ibarra
Música (original): Fernando Albinarrate
Piano: Fernando Albinarrate
Violín: Nicolás Reboredo
Asistencia de dirección: Juan José Barocelli
Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez
Vestuario: Marisol Castañeda
Iluminación: Claudio del Bianco
Asistencia de iluminación: Martín Fernández Paponi
Preparación vocal: Anahí Scharovsky
Fotografía: Lau Castro
Producción: Compañía Criolla
Producción Ejecutiva: Sebastián Ezcurra
Producción General: Compañía Criolla
Este espectáculo formó parte del festival: Bienal Arte Joven 2017