Nico, adolescente y zapateador infantil, busca a su padre, Pacheco, recitador criollo, con quien solía formar dúo artístico en peñas. Meses le lleva encontrarlo en los fondos de una parrilla perdida en Campana, para reclamar su lugar, en el escenario y en la vida. Pero ahora el padre arma pareja con Nydia, una entrañable profesora de folclore con una esperanza posible: salir por primera vez de Campana con Pachi, bailar en Viboratá.
“¿Qué es un partener que anda solo por la vida?”
Un poncho colgado, un catre desvencijado. El territorio mítico del padre es un piso de parquet donde Nico aprende a zapatear un Escondido: pa-pi-to pa-pá. Sólida puesta y dirección de Manuel Vicente en clave gaucha (el Herdoes en Salomé de Chacra, actualmente en cartel), del texto de Mauricio Kartun, estrenado en 1988. El Pacheco de Juan Palomino se luce en su expresividad. Ana Yovino construye una Nydia encantadora y frágil que olvida su tristeza en un vestido de media estación. Atrapado en su gomina, reconocemos en Rodrigo Álvarez el adolescente que uno fue. La tensión que quisimos llorar y no pudimos.
“¿Un poncho como yo? Póngaselo, y no me pisotee el flequerío”.
La paternidad como dolor ausente. El arte como artesanía proletaria. De zapateador infantil a poeta, Nico aprende a narrar investido de flecos. “El número mío no es de bailar, de escritor es esto”. El momento más celebrado: el recitado del Renault Fuego. La paternidad telúrica puesta en abismo. Un nene agujerea el tapizado de la flamante cupé con un destornillador, haciendo que trabaja como el papá.
“¿Se tiene que poner en pedo usted para ser un poco gente?”
Hay textos que resuenan a la distancia, como ecos que alteran las cronologías. En Nico parece latir la orfandad del Gringuete de Salomé (“Contaré, contaré, no de mí sino de ellos”) en una misma preocupación. La palabra como soporte capaz de articular el peso significante de una poética. Más profunda y emotiva, esta “muerte del padre” cambia puñal por abrazo. Tirar botellas de ginebra vacías. En un mismo movimiento, el hijo deja de serlo cuando asume plenamente su voz.
Ficha técnico artística
Dirección: Manuel Vicente
Autor: Mauricio Kartun
Actuación: Rodrigo Álvarez, Juan Palomino, Ana Yovino
Asistencia de dirección: Yael Ken
Escenografía y Vestuario: Mariana Tirantte
Diseño de luces: Gonzalo Córdova
Diseño sonoro: Araceli Matus
Coreografía: Mara Linari
Prensa: Duche & Zárate
Producción: Cristina Fridman