Hay datos que pueden estacionarse en un dulce flan romántico o que se pueden transformar en un mar de curiosidad, y el origen del Odin Teatret es el de ese mar: Eugenio Barba, su creador, estudió dirección durante un año en la Escuela Estatal de Teatro de Varsovia y luego la abandonó para unirse a Jerzy Grotowski y empezar a estudiar formas teatrales que no se conocían en Occidente. Tras no encontrar trabajo como director extranjero en Oslo, funda la Compañía con algunos jóvenes que habían sido rechazados por la Escuela Estatal. Ese gesto sirve para entender todo lo que sigue hasta hoy: más de 50 años de intercambio cultural, desde ensayos en un refugio antiaéreo y un teatro-laboratorio en una granja a giras por todo el mundo como la que tuvo lugar en Buenos Aires hace unos días, que incluyó talleres, demostraciones y la presentación de Las grandes ciudades bajo la luna.

Las grandes ciudades bajo la luna es un concierto -no una obra con principio-nudo-desenlace-, una propuesta que se puede engordar con un juicio previo, ni bueno ni malo, previo: muchos de los actores en escena promedian los 60 años, y quien haya visto videos, por ejemplo, de Roberta Carreri en movimiento puede entrar en cortocircuito ansioso, hasta que esos cuerpos empiezan a hablar, cantar, moverse; y a la mierda el juicio.

El concierto se anuncia “en el espíritu de Bertolt Brecht. La luna observa a las grandes ciudades que arden bajo ella, desde las metrópolis europeas a las de Asia Menor; de Hiroshima a Halle; de la China imperial a Alabama. La voz de la luna es burlona, atónita, indiferente. Su misericordia no conoce melancolía y consuelo”. Los actores, sentados frente al público, lo miran todo el tiempo; desde esta disposición, la invitación: unos no existen sin los otros, y, ahí, en lo más simple, una premisa fundamental barbiana sobre el hecho teatral.

En escena, instrumentos musicales y sus ejecutantes esperan firmes: parecen una foto, la imagen fija que promete la potencia de esas personas que soportan los secretos del entrenamiento actoral. La historia de este concierto es trágica, densa y universal: la guerra en todo el mundo, y el mundo es el país. Vemos la agilidad de la preciosa Iben Nagel Rasmussen interpretando a Katrin, la hija muda de la Madre Coraje de Brecht; un soldado canadiense que oficia de anclaje en el presente, y de puente con las guerras que siempre vomitaron exiliados, pobreza, hambre y muerte, mientras otros miran, por momentos, imperturbables.

Las grandes ciudades bajo la luna es la excusa para desmontar la tarea del Odin, no vale tomarla como una puesta aislada. Verla sirve para pensar contexto, formas de producción y compromiso: el Odin es un modo de vida, gente que ha ido a experimentar unos meses a Dinamarca y que nunca más volvió a su tierra.

Ficha técnico artística

Dirección: Eugenio Barba

Actúan: Kai Bredholt, Roberta Carreri, Jan Ferslev, Elena Floris, Donald Kitt, Tage Larsen, Sofía Monsalve, Iben Nagel Rasmussen, Julia Varley, Frans Winther, Luis Alonso

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