Dicen que el que calla otorga, pero en el caso del personaje que interpreta Ezequiel Rodríguez lo que no otorga es silencio. Paradójicamente se llama Bernardo, como el famoso personaje mudo de El Zorro. Sea una ironía o una hermosa casualidad, lejos de su homónimo el inestimable hermano pronuncia una caterva de palabras que salen de su boca sin parar y su cuerpo acompaña sin quedarse quieto un segundo. Va de acá para allá, mezcla reflexiones banales con revelaciones punzantes y secretos familiares que pasan como quien no quiere la cosa en ese discurso abarrotado de palabras.
Atrás, en sombra, su hermana (Natalia Salmoral) lo escucha muy a su pesar. Retiene, contiene, reprime. Arma un rompecabezas imposible, como si poner orden allí pudiera subsanar el caos que genera su hermano. El silencio de Inés dice más que el discurso de Bernardo y uno ya puede adivinar el estallido inevitable, porque si hasta como espectador dan ganas de gritarle ¡CALLATE!, ni pensar siendo hermanos.
Pero el extremo barroquismo de Bernardo funciona en realidad como la clave de lectura del vacío que lo constituye ahora que sus padres han muerto. En él trasciende la lógica perversa de maltrato disfrazado de amor paternal y maternal, casi como si su única función vital ahora fuese mantener vivos a los muertos en la eterna repetición de esa lógica insufrible. Para Inés, en cambio, es el regreso al infierno mismo del que la muerte de sus padres hubiera podido librarla.
El tiempo es el de la espera. Como sucede en Esperando a Godot, el tercer personaje, el hermano que festeja ese día un año más de vida, jamás llega y su demora es el escenario perfecto para que Bernardo haga su despliegue e Inés quede atada al padecimiento.
Desde la dirección, Heidi Steinhard configura en la platea la pesadez y la asfixia de los hermanos, primero en clave de humor extrañado para finalizar con un desenlace dramático con una Inés enloquecida, totalmente fuera de eje, dispuesta a ser ella la que esta vez lo deje mudo a Bernardo.
Ficha técnico artística
Dramaturgia y dirección: Heidi Steinhardt
Actuación: Ezequiel Rodríguez y Natalia Salmoral
Diseño de vestuario: Amelia Barros
Realización de vestuario: Manuela González Cáceres
Diseño de iluminación: Christian Gadea
Fotografía: Gustavo Maggi
Prensa y difusión: Carolina Alfonso
Asistente de producción: Paula Russ
Colaboración artística: Carla Pessolano
Primera Asistente de dirección: Florencia Orce
Segundo asistente de dirección: Franco De Santis