El entenado es un joven marinero que se aventura a la conquista de América. Cuando, después de meses navegando, la embarcación toca tierra, su tripulación es devorada por un grupo de indígenas, a excepción de él. A partir de allí y durante 10 años, ocupa un lugar de semi-dios en esa tribu, sin gozar de ningún otro privilegio mayor que el de que le perdonen la vida. Le hablan lo justo, no le traducen su cultura, no lo incorporan a sus ritos antropófagos: solo lo mantienen como espectador y lo desean como divulgador.
El entenado (Claudio Martínez Bel) es el hijastro de una sociedad que lo adopta como propio. Y su deber como contador de lo vivido, años más tarde, es el de darse sentido a sí mismo que es ahora un europeo por siempre habitado por lo Otro. Pero es también, y por sobre todo, el de perpetuar la memoria de una sociedad que fue exterminada. Algo que realiza con una responsabilidad amorosa y conmovedora.
En esta adaptación de Irina Alonso sobre la obra homónima de Juan José Saer, se incorpora como narradora a una compañía teatral renacentista e itinerante con la que trabaja el marinero para divulgar sus vivencias. Una dimensión meta que lleva de la mano al espectador de forma deliberadamente ilustrativa, con telones pintados. Un gesto casi escolar en su forma, como si la respuesta a la pregunta por si es necesario volver a explicar las cosas una y otra vez, fuese un rotundo sí.
Los dos relatos, el de la compañía teatral y el del marinero, se condicen con dos registros actorales diversos. Por un lado, el de la compañía (Iride Mockert, Pablo Finamore, Aníbal Gulluni), que interpreta multiplicidad de personajes en tono paródico y subrayado, con abundancia de diálogo y situación. Y por otro, el marinero en tono realista, despojado, más del soliloquio. Un dream team de actores que, en esta fusión de fuerzas complementarias, apabullan. Una delicia de experiencia para retirarse insuflados de teatro.
En las capas de relato y teatro que entrevera la obra, se arma una relación horizontal entre los salvajes que se alimentan de cuerpos humanos, y los espectadores que nos servimos del trabajo de los actores hasta quedar rechonchos y en éxtasis.
Ficha técnico artística
Sobre textos de: Juan José Saer
Versión: Irina Alonso
Actúan: Pablo Finamore, Aníbal Gulluni, Claudio Martinez Bel, Iride Mockert
Diseño de vestuario: Magda Banach
Diseño de escenografía: Cecilia Zuvialde
Diseño sonoro: Aníbal Gulluni
Música: Aníbal Gulluni
Diseño De Iluminación: Santiago Badillo
Coreografía: Damián Malvacio
Dirección: Irina Alonso