Un diamantito de obra, una pieza única, hecha de campo y amor. Un paso adentro es suficiente para ensalzarte en su espiritualidad, que es radiante.
La luz, la música, (el pianista), los globos que cuelgan, (las piñatas), el árbol del fondo, las naranjas, la mesa, las sillas, y los seis actores, están en enquilombado conjunto, dispuestos a sacarnos por un rato la vista del mundo real. Es el comienzo de un viaje atemporal hacia el canal más profundo de nuestro ser, que nos descubre como huella digital que se va impregnando de tinta.
Es el efecto especial de esta “casa feliz”, que no es nada insulsa sino conmovedora hasta el hueso. Casi letal, pero extra vital, porque resucita los grandes amores, los mieditos, y los olores de la infancia, que para cada uno se distinguen por cosas diferentes, por ejemplo un simple yuyito del jardín, o el lugar donde estaba la cama, la cocina, el baño.
La gracia está en cómo se desorganiza y reorganiza el espacio de acuerdo al recuerdo de cada integrante de la familia. Varían los puntos de vista y las generaciones, pero todas las historias rebotan en el otro e iluminan lo que hay adentro de esa casa, que es donde empezó todo, que es donde vuelve la familia a buscar y reconocer el cariño, los cuerpos y las voces que la habitaron.
Entre las guirnaldas hay unas cuantas casitas iluminadas. Agarrarlas es a veces una excusa para contar una anécdota, que después lleva a un baile, o una comida. Pero si las observamos en plan de metáfora está claro, que en esta casa hay ganchos para reconstruir la casa de todos.
Y es hermosa. En Dios está en la casa, se despliega una propuesta escénica que fluye por una poética tan simple como profunda, actuaciones inspiradoras y una coreografía ajustadísima. Creando un universo que parte de los recuerdos, y con miradas, palabras, objetos y cariño, nos pregunta, nos responde y nos deja sin respuesta, con una sensación de haber sido interpelados por algo tan propio como inexplicable.
Ficha técnico artística
Dirección: Fabián Díaz
Dramaturgia: Fabián Díaz
Actución: Matías Martín Méndez, Francisco Esteban Grassi, Sofía Isabel Martínez, Ana Schmukler, Manuela Méndez, Delfina Colombo
Asistente de dirección: Mercedes María Casares
Escenografía: María Isabel Gual
Vestuario: María Isabel Gual
Coreografía: Andrés Adrián Molina
Diseño de luces: Nadia Strier
Música: Adolfo Soechting
Asistente general: María Agustina Altamirano