Hay algo que queda muy claro en este espectáculo y es que Virginia Innocenti se atreve a jugarse con todo en un papel difícil: Interpretar a La Merello, una mujer que fue referente de una época, un emblema indiscutible del tango, un símbolo para muchas generaciones de mujeres por lo transgresora, directa, audaz. Tita fue una chica de barrio, pobre, con una personalidad arrolladora que la llevo a alcanzar sus objetivos, dueña de una gran ambición y una personalidad desbordante. Fue comparada con Edith Piaf o Bette Davis, mujeres fuertes, sin miedo y con muchísimo talento.
Virginia es muy cautelosa en no caer en una imitación tal cual, sino que se acerca a Tita, va y viene, se nota que la entiende y nos la hace imaginar, logra captar el alma de esta Pipistrela. Permite al espectador hacer un viaje por su vida, por sus bajones y sus alegrías. Emociona verla, realmente. Se juega con todo, canta sus tangos más queridos como Cambalache, Pipistrela, ¿Dónde hay un mango?, Llamarada, Se dice de mí -todo un clásico-, Arrabalera, entre otros. Los canta con toda la sensualidad que tiene y que también tenía Tita. Se vuelve apasionada, sentimental, juega, fantasea, se divierte interactuando con los espectadores con una confianza en sí misma que resulta admirable. Se sabe buena, conoce a La Merello y se nota, la quiere y la admira y nos hace sentir lo mismo.
Con muchos premios ganados como los ACE, los premios Hugo, los Florencio Sánchez, los Konex, y nominaciones a los Trinidad Guevara, los Teatro del Mundo, y más, Virginia Innocenti se lanza con toda la confianza y el humor a penetrar el corazón de Tita. La piba contradictoria, divertida, rebelde, triste, Virginia nos muestra un poco de todo. Transita el dolor del abandono, del desengaño, de no tener un mango, hasta los arranques de tenacidad, de convicción y de esperanza. Seguí, piba, seguí.
Acompañada en piano por Diego Vila, ella canta tan lindo esos tangos que están en la memoria de todos, parece contarnos su fuerza a través de su voz. Como era Tita, o como decía ser. “Yo la conocí”, dice Virginia, que también es la autora del espectáculo.
Bajo la dirección de Luciano Suardi, Dijeron de mí ya lleva un par de años en cartel, se estrenó en el Teatro Maipo y ahora se puede ver en la Sala Siranush.
Es un excelente plan para un domingo a la tarde-noche, en un teatro además precioso en el que uno puede acomodarse en su mesa, tomarse un vino y dejarse transportar a los años 30 sin ningún esfuerzo y con una gran sonrisa.
Ficha técnico artística
Libro: Virginia Innocenti
Músicos: Diego Villa
Ambientación: Oria Puppo
Peinados: Oscar Colombo
Pelucas: Oscar Colombo
Maquillaje: Francisco Ingratta
Diseño de vestuario: Pablo Battaglia, Mónica Mendoza
Diseño de escenografía: Oria Puppo
Diseño de luces: Omar Possemato
Asistencia de dirección: Mauro Simone
Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate
Arreglos musicales: Diego Villa
Producción artística: Lino Patalano
Producción ejecutiva: Mauro Simone
Coreografía: Cecilia Elías
Dirección musical: Diego Villa
Dirección: Luciano Suardi