Imperdible
55'

Luego de una década, Omar Pacheco vuelve a crear un nuevo espectáculo. Los abusos de poder y los mecanismos de violencia a los que se ve sometido el ser humano son los temas preponderantes de esta nueva producción memorable y de lo mejor del año.

Después de La cuna vacía y de diez años sin estrenar una obra, Omar Pacheco pone en escena Dashua, en la que vuelve a retomar las temáticas universales que poblaron sus creaciones anteriores, pero aquí decide poner el foco en la cuestión de género. Con un diseño de luces que ya es su marca registrada, Pacheco parece confirmar su estilo: Ante (Valentín Mederos) y Mara (María Centurión) se mueven con una exactitud pasmosa, diluyéndose como si fueran sombras evanescentes, o como si volaran entre volutas de humo y haces de luz en la oscuridad del escenario.

Disruptiva con respecto al teatro oficial y comercial (no es inocente que su sala y centro de investigación se llame, justamente, La Otra Orilla), y con una estética más cinematográfica que teatral, Dashua es una experiencia poética sin parangón y de un virtuosismo apabullante. El espectador está sumido durante sesenta minutos en un juego de penumbras, y la obra se presenta casi como una epifanía barroca: Pacheco es Caravaggio en el barrio de Balvanera.

En general, su corpus teatral remite a lo onírico y se apoya en el exigente trabajo de los actores en lo práctico. Dashua, en particular, condensa el ethos pachequiano y presenta distintas capas temáticas. Éstas se presentan a través de una infinidad de movimientos sutiles de los actores, coordinados entre los aproximadamente 300 cambios de luces, pero también entre las grietas del lenguaje. Los parlamentos de Ante y Mara son inteligibles y la historia no se circunscribe a una región o época en particular.

Ambos construyen una relación que crece en grados de violencia psicológica y física: es una metáfora del mundo y del funcionamiento del poder religioso, político y militar (obsesiones muy presentes en la obra de Pacheco). “Lo que le ocurre a Ante es lo que se universaliza en otros seres que usaron el poder como forma de sometimiento. Mara no es sólo una mujer, sino que representa a las víctimas que desde la violencia quedan presas en una cárcel tanto simbólica como concreta”, dice el programa de mano de la obra. Hernán Alegre y Kaio de Almeida, los otros actores que completan el elenco, se mueven entre las sombras, casi imperceptibles.

Finalmente, la férrea política del no aplauso que caracteriza al teatro inestable del director de Cautiverio y Del otro lado del mar casi que incomoda: los actores no salen a saludar al público al finalizar la obra. “El actor ya hizo lo que debía hacer, por lo tanto no debe reverenciar ni obligar al público al estridente aplauso. Ya le dio su mensaje, se vació de energía en el ritual y ofrendó lo más sagrado que posee”, escribe Pacheco en su libro Cuando se detiene la palabra.

Ficha técnico artística

Dramaturgia y dirección: Omar Pacheco

Actores: María Centurión, Valentín Mederos, Hernán Alegre y Kaio De Almeida

Diseño de luces: Omar Pacheco

Operador de luces: Ivanna Noel Clará y Agustina Miguel

Sonido: Samanta Iozzo

Realización de objetos y maquinaria: Hernán Alegre y Kaio De Almeida

Video: Daniel Gómez y Fabián Pettine

Vestuario: Ivanna Noel Clará y Lucía Pablo

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