Cuatro cineastas viven durante un año en Buenos Aires mientras intentan crear. Las películas se empiezan a parecer cada vez más a sus vidas. Desde una superproducción comercial de un realizador que se entera que va a morir hasta el proyecto cámara en mano de un empleado de McDonald’s que filma para ridiculizar al imperio. Una mujer se separa mientras se desmorona la URSS en el cine musical ruso que investiga. La joven experimental que la pegó en Europa, consiguió prestigio y financiación pero se quedó sin materia sensible. ¿De qué se alimentan las ficciones? ¿El cine se parece a la vida? ¿Las películas nos dicen acaso cómo tenemos que vivir?
Mariano Pensotti vuelve después del éxito internacional de El pasado es un animal grotesco. Si en la obra anterior esa generación camino a los treinta buscaba la trascendencia y se tropezaba con su propio fracaso, en Cineastas están de vuelta. Y más grandes. Hay algo de la experiencia del éxito de crítica, público y festivales que se traduce en la obra, como pliegues metadiscursivos acerca de qué es crear, para quién, cómo, por qué. En El pasado… la forma que hablamos de nuestra vida la estructuraba como narrativas ficcionales. Esa vida ahora se introduce en el arte porque no parece haber materia que sacar de otra cantera.
¿Hay que vivir algo especial para escribir ficciones?
El gran hallazgo de Cineastas es producir un cruce de lenguajes entre el cine y el teatro, con un dispositivo nada tecnológico, como un juego infantil. Una escena dividida en niveles. En el piso de arriba, espacio blanco, se cuentan las ficciones, y en el de abajo, escenografía de departamento, la vida. Como escenas paralelas que pingponean. La representación teatral de lo fílmico reemplaza el recurso a la proyección.
¿Alto y bajo es casualidad? ¿Qué el arte esté arriba y la vida a tierra?
Tomados por el relato, los personajes filman cada vez más lo que son, que transcurre en la viñeta upstairs. Encerrados en esa caja doble, mutan, se disparan. Lejos del planteo documental se extrema la ficción para construir un mundo. Reloj de dispositivos de aliento épico que vimos en El pasado. Un personaje que cuenta la historia de otro, a veces como voz en off, el diseño coral en el armado, las elipsis. Cineastas extrema los recursos del cine. El montaje superpuesto desde la teoría de Einseistein. Dos imágenes que colisionan para generan una tercer idea, choque dialéctico en el espectador.
A medida que avanza la obra, la escenografía de abajo se va retirando en escena. Espacio limbo. Podría ser el frente de la iglesia evangelista que nombran. La página en blanco para volver a contar. O la pantalla cuando se apaga el proyector. Superficie blanca donde nos vemos vivir en la vida de otros.
Ficha técnico artística
Dramaturgia y Dirección: Mariano Pensotti
Actúan: Horacio Acosta, Elisa Carricajo, Valeria Lois, Javier Lorenzo, Marcelo Subiotto
Vestuario y Escenografía: Mariana Tirantte
Iluminación: Alejandro Le Roux
Diseño sonoro y Música: Diego Vainer
Audiovisuales: Agustín Mendilaharzu
Fotografía: Nora Lezano
Asistencia de escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez, Maria Victorel
Asistente de producción: Gabriel Zayat
Asistencia de dirección: Leandro Orellano
Coreografía: Luciana Acuña
EL CULTURAL SAN MARTÍN
Reservas: 0800-333-5254
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