En la Sala Casacuberta, las voces de dos abuelitas – interpretadas por Leonor Manso e Ingrid Pelicori – reviven esa cosa tan única y tan Puig. En palabras de propio autor: “quiero combinar vanguardia con popular appeal”. La versión de Messiez y Loza con puesta en el San Martín, lo logra. Recupera la vitalidad, el humor y la inteligencia de un relato que se relata a sí mismo: nunca oímos al autor, son siempre las voces ajenas y sus mundos los que nos atrapan.
Tres elementos la hacen una verdadera joyita de la escena porteña actual: Puig, el autor de la novela original, y su dominio extenuado de las voces de los personajes, en segundo lugar el hecho de que el autor haya trabajado- justamente- con diálogos reales para construir toda su obra. Esto es algo que hizo para formar ese estilo tan único, que cruza novela con dramaturgia. El tercer elemento son las voces de las señoras: ¿qué capital simbólico mayor que recuperar las voces de las abuelas, sus dichos, sus modismos, su estilo?
Las actuaciones son excelentes, la escenografía es extraordinaria y la dirección sutil y verdadera: deja vislumbrar esa potencia dramatúrgica del relato original. El efecto que produce en toda la sala es ese silencio expectante, casi angelical: asistimos a un hecho teatral y las emociones ya quedan en manos de las actrices: la melancolía, el amor, la nostalgia, el chisme, el humor y la emoción van danzando en una de las salas más emblemáticas de Buenos Aires.
Nidia – compuesta por Leonor Manso– y Luci, interpretada por Ingrid Pelicori – hacen un canto a la sencillez: los relatos verdaderos, profundos y emotivos se construyen a base de pequeños gestos, detalles, chismes e historias dentro de otras historias, con esa naturalidad de una anécdota contada de entre casa. Hay algo almodovoriano en Puig y la puesta lo logra captar: ese profundo sentimiento pop y kitsch (como dice Susan Sontag, ese condimento nostálgico y consolatorio que solo lo tiene el universo kitsh). Una cita obligada de la calle corrientes, una obra que es un bálsamo ante el paso del tiempo y un elixir para recuperar esas voces de nuestras abuelas, elevadas en la más alta y sutíl dramaturgia.
Ficha técnico artística
Dirección: Pablo Messiez
Autoría: Manuel Puig
Versión escénica: Santiago Loza, Pablo Messiez
Actuaciones
Nidia: Leonor Manso
Luci: Ingrid Pelicori
Silvia: Carolina Tejeda
Voces en Off
Ñato: Javier Rodríguez Cano
Comisario de abordo: Lalo Rotavería
Coordinación de producción: María La Greca
Producción técnica: Emilia Martínez Dómina
Asistencia de dirección: Fernanda Machado, María Leiva
Escenografía: Mariana Tirantte
Vestuario: Renata Schussheim
Iluminación: Gonzalo Córdova
Música original y puesta de sonido: Carmen Baliero
Preparación física: Lucas Condró
Asistencia artística: Florencia Wasser
Colaboración artística: Patricio Binaghi
Apuntador en ensayos: Federico Ramón
Asistencia de iluminación: Paul Pregliasco
Asistencia de vestuario: Mariana Seropian
Asistencia de escenografía: Sofía Eliosoff
En la obra suenan los temas Cuando cae la noche y Por esos ojos,
compuestos e interpretados por Carmen Baliero (piano y voz),
Carlos Vega (contrabajo), Wenchi Lazo (guitarra eléctrica)