Una habitación. Dos personas. El desorden, interno y externo, de dos que no logran unirse y no se resignan a separarse. De la vida, del teatro y del otro.
En el timbre 4 de la calle Boedo Lautaro Perotti vuelve a las raíces de lo que supo ser la magia y fuerza del (ahora mítico) espacio en sus orígenes, cuando La omisión de la familia Coleman era una pequeña criatura que sacudía las expectativas del público y los metía de prepo en el seno de una casa, de una familia, de una vida como las otras pero no tanto.
Vuelve, entonces, a meternos en un espacio cercano, tan cercano, demasiado cercano, al punto tal de hacernos sentir partícipes y a la vez incómodos, intrusos. Testigos demasiado encimados a esta historia de un encuentro que parece imposible, donde la construcción de la intimidad y el encierro de ambos personajes es tal que el espectador está en vilo, temeroso de caerse encima y arruinarlo todo.
Breve ejercicio que retoma a los personajes del mundo de Tenessee Williams, que cuentan la grandeza en su pequeñez y en su finitud. Breve ejercicio también de intertextualidad, que retoma la búsqueda de dos actores enfrentándose a estos personajes y los incorpora a la propia obra. Donde uno golpea insistentemente una puerta que el otro no quiere abrir aunque escuche, y aunque ninguno de los dos pueda imaginar el mañana sin el otro.
Ficha técnico artística
Dramaturgia y Dirección: Lautaro Perotti
Actuación: Marina Bellati, Santi Marín
Fotografía: Santiago Albanell
Prensa: Marisol Cambre
Producción: TEATROTIMBRe4
TEATRO TIMBRE 4
Boedo 640
Duración 50 minutos