Había recibido algo perfecto –¡juventud!– y había hecho
algo imperfecto con eso.
Lorrie Moore, “Wings”
Lo perfecto, como lo equivocado, nunca existe en presente. Es algo que imaginamos para el futuro, con ansias o ansiedad, o algo que de pronto notamos que ya pasó. Así sucede con la juventud en Algo perfecto, una adaptación del cuento “Wings”, de Lorrie Moore, dirigida por Lisandro Penelas. No es la primera vez que Penelas adapta textos literarios; ya lo había hecho con textos de Tess Gallagher en El amante de los caballos.
En el cuento, y en la obra, Rita, una cantautora sin éxito, entabla una relación con su vecino viudo Milton, un viejo simpático que busca compañía. El novio de Rita, también músico pero más que nada un eterno buscavidas, ve en esta relación una oportunidad: si se hace lo suficientemente amiga del viejo, cuando él muera pueden llegar a heredar algo. Ella se ofende con la insinuación, pero sigue yendo a visitar a Milton, imbricándose lenta pero segura en su vida.
Así, Rita va de a pasitos al error más cruel de todos: fingir amistad para obtener un rédito. Se acerca por rodeos, sin mirar al error (¿el horror?) de frente, haciéndose la distraída. “La parte de ella que podría considerar esto y saber por qué era cubierta por la parte que no sabía, que, como sabía de antemano, era la única fuente posible de autocompasión. Irónicamente, la ignorancia era la clave para el autoconocimiento futuro. La vida nunca era perfecta”, dice el cuento de Lorrie Moore.
En Algo perfecto se nota la mano hábil que logra traducir el universo melancólico que emana de los cuentos de Lorrie Moore a la escena. La operación que realiza es respetuosa del texto. Mucho de lo que en el cuento es narrado se incorpora al diálogo, pero la mayor parte es recuperada en la caracterización de los tres actores: Ignacio Gracia (el novio), Magui Grondona (Rita) y Alfredo Martín (Milton). Destaca especialmente Martín, que le agrega unas notas de oscuridad al viejito eminentemente afable que representa.
El cariz simbólico del texto se recupera en la escenografía, que es realista pero al mismo tiempo funciona a partir de sinécdoques: el colchón en el suelo es el monoambiente de la pareja, la mesa de cocina es la casa del viejo. Además, tenemos un músico en escena que toca “Pink Moon”, de Nick Drake, una canción en la que la salvación es imposible.
“Dios está en un cibercafé y se googlea a sí mismo”, le dice Rita a su novio. Es decir, no hay salvación porque no hay quién nos salve. Este es el cambio más fuerte que realiza Penelas sobre el texto de Moore. En “Wings” hay redención, pero con Algo perfecto salimos del teatro con la sensación de que hay algo peor que darte cuenta de que lo perfecto se nos escapa sin que lo notemos: entender que los remilgos morales son solo eso, remilgos, y que no hay razón para preferir la bondad por sobre la crueldad
Ficha técnico artística
Dirección: Lisandro Penelas
Dramaturgia: Lisandro Penelas
Texto: Lorrie Moore
Actuación: Ignacio Gracia, Magui Grondona, Alfredo Martín
Músicos: Federico Marino
Diseño de arte: Claudina Iglesias Losada
Diseño de luces: Soledad Ianni
Diseño gráfico: Martín Speroni
Asistencia de dirección: Claudina Iglesias Losada
Producción ejecutiva: Lucía Marquez, Cecilia Santos
Producción: Compañía Moscú Teatro
Prensa: Carolina Alfonso
Coordinación general: Lisandro Penelas